En cierta ocasión un amigo me describió detalladamente una casa que yo debía ir a ver al lado de una carretera por la cual pasaría por primera vez. Por su descripción, imaginé una extensa casa de campo muy bien cuidada. Cuando llegué al lugar, encontré simplemente una casucha deteriorada por la intemperie. Él y yo la vimos bajo el aspecto que nuestros pensamientos destacaron. Mi amigo sólo podía hablarme de lo que él había visto, no podía predecir con exactitud lo que yo vería.
Podemos creer que sabemos lo que ocurrirá en una fiesta bien planeada. Y también es posible que tengamos una buena idea sobre cómo será el lugar, las personas que asistirán y el programa de actividades. No obstante, lo que verdaderamente ocurre a cada momento depende de nuestros pensamientos y actitud. Por ejemplo, si nuestra actitud hacia los huéspedes es apática, es posible que la fiesta resulte un fracaso, pero si nuestra actitud es cálida y amistosa, los huéspedes responderán y la fiesta tendrá éxito.
Estas consideraciones son útiles ahora que mucha gente predice el futuro públicamente, intentando influirlo. Algunas predicciones se basan sobre expectativas lógicas deducidas de la manera en que se han ido desarrollando los acontecimientos o las actitudes. La tendencia de los acontecimientos parecería entonces estar predeterminada. De continuar esta tendencia, la predicción puede parecer razonable. Si la secuencia de los hechos es alarmante y la profecía es infausta debe hacerse algo, y puede lograrse invirtiendo la expectativa y el resultado.
La manera de pensar correcta basada en la oración puede alterar la tendencia amenazadora de los sucesos. Dios puede ayudarnos en toda situación. Un himno expresa la ayuda eternamente presente como sigue:
Si la lucha cruel parece,
si el error se evidenció,
si el bien es perseguido,
y la noche larga es,
la Verdad es luz suprema,
las tinieblas destruyó:
Dios protege Su rebaño,
no hay sombras que temer.Christian Science Hymnal, No. 258;
Entre las predicciones más populares hoy en día, existen muchas que se basan en supersticiones — unas veces sinceras, otras por interés pecuniario — tales como las de la astrología. Estos vaticinios pueden ser significativos sólo cuando son aceptados. Las fantasías de un adivino a veces se realizan a causa de las expectativas y acciones temerosas o esperanzadas de la persona. Quienes aceptan una predicción feliz como segura y confiable, corren el peligro de creer más tarde en una predicción infortunada. Muy a menudo los sentimientos aprensivos sobre la posibilidad de una ruina inminente son resultantes de la aceptación consciente o inconsciente de predicciones supersticiosas.
Una estudiante de Ciencia Cristiana, que no creía en la astrología, buscó la predicción de su horóscopo sólo por diversión. Aunque sabía que Dios gobierna al hombre directamente, no mediante estrellas y planetas, cometió el error de someterse a sí misma innecesariamente a una influencia material no científica. Consideraba el horóscopo algo divertido y en ciertos aspectos, exacto.
Pero luego se le ocurrió leer todos los horóscopos para ese día. Rápidamente vio que su imaginación podía proporcionar circunstancias personales igualmente apropiadas que se ajustaban a cualquiera de las predicciones. Reconoció que éstas eran sugestiones mentales, y recordó las siguientes palabras del Manual de La Iglesia Madre por la Sra. Eddy: “Será deber de todo miembro de esta Iglesia defenderse a diario de toda sugestión mental agresiva, y no dejarse inducir a olvido o negligencia en cuanto a su deber para con Dios, para con su Guía y para con la humanidad”.Man., Art. VIII, Sec. 6;
Dios nos ha otorgado dominio sobre la tierra. ¿Acaso no hemos comenzado a probar el dominio que ejercemos sobre el espacio? ¿Cómo pueden las esferas espaciales, que son a su vez controladas en sus órbitas, tener dominio sobre nosotros que somos, en realidad, reflejos de Dios? Teniendo presente que Dios, o el bien, gobierna Su universo que incluye al hombre espiritual verdadero, podemos negar la predicción supersticiosa que reclama nuestra atención y no temerla.
En forma similar, podemos invertir cualquier tendencia que se origine en una predicción que escuchemos por casualidad y que se formule con el propósito deliberado y destructivo de influir, como puede ser el deseo de abrumar por medio de pronósticos desalentadores de desmoralización y depresión. El error no es poder. La Verdad es poder. El Principio divino, la Mente, el Amor, nos confiere la autoridad para negar el error y dar cualquier paso humano que sea necesario para corregir la tendencia. Sólo el bien es real, y sólo el bien tiene vida y continuidad.
A medida que crecemos espiritualmente, y constantemente ganamos más consciencia de Dios podemos discernir mediante la intuición inequívoca espiritual, todo lo que necesitamos saber acerca del futuro. En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy escribe: “Cuando están suficientemente adelantados en la Ciencia para estar en armonía con la verdad del ser, los hombres llegan a ser videntes y profetas involuntariamente, gobernados no por demonios, espíritus o semidiosos, sino por el Espíritu único. La siempre presente Mente divina y el pensamiento que está en relación con esta Mente tienen la prerrogativa de conocer el pasado, el presente y el futuro”.Ciencia y Salud, pág. 84;
Algunas predicciones hechas desde una base espiritual, pueden considerarse como advertencias sabias que nos alertan acerca de sutiles errores que al ser expuestos pueden ser corregidos. Cristo Jesús le dijo a Pedro: “De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces”. Mateo 26:34. El Maestro quería que Pedro vigilara y orara más fervorosamente en busca de la protección y salvación de Dios aunque Pedro suponía que lo estaba haciendo bastante bien. Si Pedro hubiese prestado atención a la amonestación, hubiera admitido ser su discípulo, en vez de pretender que no lo conocía cuando los acusadores tomaron preso a Jesús.
¿Y qué decir si a través de un vívido sueño acerca del futuro, o un aviso anticipado que produce una fuerte impresión, o alguna otra sugestión agresiva, albergamos pensamientos de temor? Podemos reconocer que el error no tiene poder para proyectarse en el futuro. Dios está gobernando. Podemos negar la advertencia material y recurrir a Dios en oración. Dios puede invertir tanto el temor como la predicción. Dios, Amor y Principio omnipresentes, puede ayudarnos siempre.
Pensando correcta y espiritualmente en todo momento, no sólo podemos conocer, sino influir nuestro futuro y el de la humanidad para lograr resultados armoniosos acordes con el desarrollo del bondadoso plan de Dios. Mediante la manera de pensar correcta, la negación de los temores erróneos, cualquiera que sea su origen, y la afirmación de la verdad, podemos influir el futuro en lugar de ser llevados por los vaivenes de las tendencias y supersticiones mortales. Éste es nuestro derecho divino.