Es evidente que la magia está tratando de volver a florecer. La gran cantidad de gente que vemos en la sección dedicada a las ciencias ocultas en las librerías, nos lo confirma. La gente dice que el raciocinio no ha dado solución al problema del sufrimiento y al de la escasez.
¿Hará retroceder la humanidad el reloj del tiempo? ¿Descenderá a los ritos paganos con la esperanza de liberarse de las fantasías espantosas de la infancia de la raza humana? ¿Puede la superstición primitiva proporcionar lo que el intelecto y la tecnología no han logrado?
El cristiano auténtico sabe que la magia no soluciona nada. Aunque las distintas formas de magia — astrología, adivinación, brujería, magia negra, nicromancia, magia vudú y otras — no son técnicamente idénticas, tienen de mancomún la dependencia en la mente humana mortal y falible. El mago mismo es la fuente de “poder” y es él mismo el fin al cual se dirige el “poder” — un estado fundamentalmente egoísta.
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