Muchos piensan que la época actual es una época de esclarecimiento y que las supersticiones y consejas son cosas del pasado. Pero muchos que no dan ninguna importancia a la presencia de gatos negros o a pasar por debajo de una escalera, abrigan un número sorprendente de creencias irrazonables.
Así ha ocurrido en todas las generaciones. El apóstol Pablo les dijo así a los atenienses, que se enorgullecían de su superioridad intelectual: “Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio”. Hechos 17:22, 23;
Pablo explicó entonces la naturaleza de Dios tal como le fuera revelada mediante las enseñanzas de Cristo Jesús. El vocablo griego original que se traduce como “extraordinariamente escrupuloso”, “sumamente religioso” y “muy religioso” en excelentes traducciones modernas, se ha traducido como “supersticioso” en la versión King James de la Biblia, y esta interpretación tiene un significado muy real. Tener miedo de ofender a un Dios desconocido no es adorar a Dios, sino inventar un demonio. Denota temor y atribuye un poder misterioso y siniestro al mal. Bien podemos decir que esto es superstición.
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