Cada uno de nosotros anhela la paz en su corazón — paz en nuestras familias, paz en nuestro país, paz en todo el mundo. La respuesta para este anhelo humano la hallamos en las palabras de Cristo Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy”. Y agregó significativamente: “Yo no os la doy como el mundo la da”. Juan 14:27; El mundo material en el que parecemos vivir nunca nos brindará la paz tan anhelada.
Con excesiva frecuencia las personas procuran alcanzar la paz interior sobre una base material o exclusivamente humana. Muchos la buscan en la dirección equivocada — en el alcoholismo, en el cigarro, en los estupefacientes u otras drogas. Pero estos caminos desviados no conducen a la paz verdadera que emana de Dios.
A través del estudio de Ciencia Cristiana aprendemos a mantener nuestro pensamiento acorde con la verdad de que Dios, la Vida eterna, es la fuente de nuestro ser. En razón de que en realidad reflejamos la Vida divina, siempre estamos protegidos de peligro y disturbios.
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