La Biblia dice (Lucas 17:5, 6): “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”, y también da la respuesta de Cristo Jesús: “Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podrías decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería”.
En el año 1970 tomé instrucción primaria en clase y a través de la misma tuve una “nueva-vieja” experiencia. Mientras me preparaba para trasladarme de Montevideo a Buenos Aires donde tomaría la clase, amanecí con un oído en evidente mal estado, muy inflamado y supurando. Aunque no tenía dolor, me encontraba sumamente molesta y desilusionada. Pero luego, pensando desde la base de la Ciencia Cristiana, declaré que esto no podía ser. Sabiendo que el hombre es siempre armonioso y está hecho a la imagen de nuestro Padre-Madre Dios, me di cuenta de que lo que estaba viendo y experimentando no era verdad; era una falsa situación.
En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy dice (pág. 450): “El Científico Cristiano se ha alistado para aminorar el mal, la enfermedad y la muerte; y los vencerá comprendiendo su irrealidad y la totalidad de Dios, el bien". Ahora bien, sabiendo todo esto pude ver que la apariencia de incapacidad física no tenía realidad. Esto fue así para mí, pero no para mis hijos mayores. Ellos no querían que me embarcara, pero les contesté que vivía en el Espíritu, no en la materia, y que nada podía interferir entre la clase y yo, pues estaba a los pies de Cristo para aprender más acerca de la maravillosa Verdad.
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