Yo estoy contigo aquí, Tú me proteges
firme sobre una roca, do los embates
llegar no pueden; y yo, confiado,
inconmovible, espero a que se alejen.
Tú me enseñaste a comprender gozoso
Tu firme protección de Padre amante;
y aprendí de Tu amor el venturoso
sendero de Tu Cristo aquí reinante.
Me enseñaste a vivir feliz, confiado,
Tu voluntad obedeciendo, humilde;
con sublime humildad, que me ha enseñado
que es Tu eterno amor el que nos rige.
Oh! gracias, Padre-Madre; gracias elevo
en profunda oración por Tus bondades;
gracias, Señor, plegaria que yo llevo
junto a mi corazón a cada instante.
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