Hoy en día la gente cambia constantemente de lugar como en ninguna otra época anterior. Algunos deciden establecerse en otro lugar. Otros encuentran que es más conveniente cambiar de domicilio por haberse inscrito en una universidad, por progresar en los negocios, por motivos de casamiento, por nuevas oportunidades que puedan tener en otras localidades. Y aún hay otros que se sienten presionados a mudarse por causas aparentemente fuera de su dominio: reglamentos municipales, fin de un contrato de arrendamiento, necesidades económicas, o porque su casa ha sido expropiada o destruida por la guerra.
En cada caso es vital el momento oportuno. Un gerente desea encontrar un alojamiento apropiado para su familia cuando toma posesión de su nuevo cargo. El estudiante y los recién casados pueden desear coordinar el empleo con sus nuevos planes. Los refugiados huyen. Las mudanzas forzadas requieren rápidas soluciones. ¿Es mucho pedir que todo se lleve a cabo en el momento oportuno?
La Ciencia Cristiana nos asegura de que el momento ideal no tiene por qué ser excepcional sino perfectamente natural — lo que debe esperarse. Podemos estar seguros de esta afirmación cuando comprendemos que Dios es la Mente divina, la única Mente que dirige, gobierna, controla y coordina el universo. El universo es espiritual y perfecto, y expresa el ritmo y la armonía de Dios. El gobierno divino es al mismo tiempo misericordioso y justo. Nuestra comprensión de estas verdades espirituales resuelve los aprietos humanos, incluyendo aquellos que dependen del momento oportuno.
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