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“Nuestros únicos predicadores”

Del número de marzo de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


“La Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana son nuestros únicos predicadores”.Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, Nota Explicativa; Esta declaración, leída cada domingo por el Primer Lector en las iglesias de la Ciencia Cristiana, informa a la congregación que el sermón que están por oír es predicado por un pastor impersonal.

La persona que sirve como Lector encontrará que le es útil acordarse a menudo de que la Biblia y Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy son los únicos predicadores en las Iglesias de Cristo, Científico. El significado espiritual de este hecho, al desarrollarse en el pensamiento del Lector, lo libera de todo sentido de responsabilidad excesiva y del sentido de que pudiera interferir con el mensaje de la Lección-Sermón debido a su propia incapacidad o restricciones, y le da la seguridad de que la comunicación exacta y eficaz de la verdad, tal como se estipula en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, debe continuar.

En los primeros días del movimiento de la Ciencia Cristiana hubo predicación personal. Pero cuando la Sra. Eddy vio claramente que debía protegerse la pureza de sus enseñanzas contra posibles interpretaciones erróneas y adulteraciones por parte de los que servían en los púlpitos de las iglesias, ella recurrió de todo corazón a Dios en oración para que se le revelara la respuesta a esta importante necesidad.

Más tarde, les contó a algunos de sus estudiantes: "Abandoné todo otro trabajo y, a solas y orando casi sin cesar, busqué y percibí la voluntad de Dios. A las tres semanas recibí mi respuesta, y ésta vino tan naturalmente como aparece la luz del día: 'Por supuesto, la Biblia y Ciencia y Salud'”.We Knew Mary Baker Eddy, Primera Serie (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1943), pág. 48;

Luego, en 1895, la Sra. Eddy dio a su Iglesia el siguiente Estatuto: “Yo, Mary Baker Eddy, ordeno la Biblia y Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, como el Pastor de La Iglesia Madre, — La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston, Mass., — y ellos continuarán predicando a esta Iglesia y al mundo”.Manual de La Iglesia Madre, Art. XIV, Sec. 1; Desde ese día en adelante este predicador impersonal ha sido el único predicador en toda iglesia de la Ciencia Cristiana.

El Lector que se ve a sí mismo como alguien que está luchando por comunicarse con otras personas, bien puede estar llevando la carga de la falsa responsabilidad. Pero cuando ve que la inspirada Palabra es el predicador y que Dios se revela a la consciencia humana mediante esta Palabra, estará dispuesto a dejar que la Verdad sea el comunicador. El Lector comprenderá que su única responsabilidad es ser una clara transparencia por la cual la Palabra puede iluminar el pensamiento de todos los oyentes.

Con el fin de llegar a ser tal transparencia, el Lector se empeña por purificar su pensamiento de todo sentido del yo personal. Con devota oración trata de reemplazar la timidez con el olvido de sí mismo, la vanidad con la humildad, y la humillación de sí mismo con la consciencia de su propio valor espiritual en calidad de hijo amado de Dios.

Mediante el estudio y la investigación consagrados, utilizando materiales de referencia sobre la Biblia y las Concordancias de los escritos de la Sra. Eddy, el Lector trata de profundizar su comprensión espiritual de las citaciones de la Biblia o de Ciencia y Salud que deberá leer. A medida que el Lector se acompaña con estas citaciones, reflexiona sobre ellas, las lee en voz alta, las aplica a su propia experiencia durante la semana, su significado se le desarrolla poco a poco y queda bien establecido en su consciencia. Entonces, los domingos y los miércoles, con el pensamiento libre del yo e imbuido de pura espiritualidad, el Lector llega a ser una clara transparencia por la cual el pastor impersonal predica con la eficacia que sana.

¿Cómo puede el Lector vencer los sentimientos de incapacidad personal? Aprendiendo el significado del mandamiento bíblico: “Abre tu boca, y yo la llenaré”. Salmo 81:10; Este mandamiento significa que es Dios quien le proporciona a Su idea espiritual, el hombre, la habilidad de expresar Su Palabra. La Sra. Eddy escribe: “Por la transparencia de la Ciencia aprendemos esto y lo recibimos: aprendemos que el hombre puede cumplir con las Escrituras en todo caso; que si abre su boca se llenará — no en virtud de las escuelas ni de la enseñanza, sino en virtud de la habilidad natural que la reflexión ya le ha conferido de declarar la Verdad”.Miscellaneous Writings, pág. 183;

Lo que se exige del Lector es que vea que él no es un mortal con habilidad o experiencia limitadas, sino que es una idea inmortal de Dios que posee, por reflejo, todas las cualidades necesarias para comunicar eficazmente la Palabra. El reflejo ha dado al hombre la habilidad de expresar la belleza, el color y la elocuencia del Alma, la inteligencia de la Mente, la claridad y el poder de la Verdad, el ritmo y libertad del Espíritu, la vitalidad de la Vida, la exactitud y precisión del Principio, y la efusión y ternura del Amor.

A medida que estas cualidades vienen apareciendo en la lectura, el sentido personal disminuye y desaparece. El pensamiento del Lector y de la congregación queda enfocado en la Palabra misma, y no en la manera en que se está expresando. A medida que el Lector aprende a dejar que la Verdad divina llene su boca, logra librarse de todo sentido de incapacidad o restricción.

La comprensión que tenía Cristo Jesús de que Dios, el Espíritu, hablaba por medio de él lo capacitó para predicar con autoridad y con señales que la acompañan. Dijo a sus discípulos: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Juan 6:63;

Cristo Jesús estaba seguro de que sus palabras nunca desaparecerían. Sabía que ellas continuarían predicando con autoridad y con poder a los oídos que escuchan y a corazones hambrientos en toda era. ¡Y así lo hacen! Las palabras inmortales de la Verdad expresadas a la congregación por nuestro predicador impersonal se acompañan hoy día con las señales — la curación de la enfermedad, el dolor y el pecado.

Algunas veces una sugestión mental agresiva le susurra al Lector que la resistencia a la Verdad podría estorbar la comunicación eficaz de la Lección-Sermón. ¿Cómo silenciar tales susurros?

En una carta a un estudiante, la Sra. Eddy escribe: “El error no tiene poder sino para destruirse a sí mismo. No puede dañarte; no puede detener las eternas corrientes de la Verdad”.Mis., pág. 157. El mal no tiene Principio, poder, agente, ni ley alguna con qué oponerse a la Palabra inspirada de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana. Las corrientes de la Verdad y del Amor que emergen de la lección y se dirigen hacia la congregación son mucho más poderosas que cualquier ola de resistencia que pudiera venirles en contra.

La supuesta resistencia del error va dirigida contra el poder de la Palabra de Dios y no contra una persona. La fuerza de la omnipotencia es inherente a la expresión de esta Palabra tal como es predicada en la lección, haciéndola invencible e invulnerable. El Principio divino, el Amor, sostiene a la lección y a los que Dios ha asignado para leerla. El Lector que reconoce que la fuente divina de lo que está leyendo es la Palabra de Dios y que se acuerda de que ésta es el único predicador, no sentirá temor y experimentará la protección divina.

Puesto que existe perfecta unidad entre “nuestros únicos predicadores”, el Primer y el Segundo Lector se esforzarán por expresar en la lectura la correlación entre los pasajes de la Biblia y los de Ciencia y Salud que forman parte de la Lección-Sermón semanal. Cuando esto está bien hecho, la transición de un libro al otro nunca interrumpe la continuidad del pensamiento, sino que lo sostiene y desarrolla. Por consiguiente, la congregación percibe que las verdades espirituales introducidas por la Biblia se encuentran ampliadas por Ciencia y Salud y que cada concepto presentado por el libro de texto deriva su autoridad de las Escrituras.

Ya que "la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana son nuestros únicos predicadores", no puede haber interrupción alguna en la continuidad del bien al terminar unos Lectores de servir en este puesto y al elegirse a otros Lectores para este santo oficio. La disposición decretada por Dios que la Sra. Eddy estipuló para establecer un pastor impersonal en las Iglesias de Cristo, Científico, asegura que se continuarán predicando sermones divinamente inspirados.

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