Algunas veces, después de haber visto la evidencia material de alguna enfermedad, crimen o accidente, un cuadro perturbador parece alojarse en nuestro pensamiento. Es posible que nos sintamos atraídos a mirar el cuadro y dejarnos obsesionar por él. La comprensión en la Ciencia Cristiana tanto de la consciencia real como de la naturaleza engañosa de los sentidos físicos puede ayudarnos a liberarnos de las escenas mentales que se nos adhieren como si fueran lapas.
Si bien parece que una realidad externa ha penetrado el pensamiento a través de los sentidos y se ha delineado en él (como un paisaje que se graba en una película a través de la lente de una cámara), la disonancia imaginada que persiste en nuestro pensamiento no es sino una imagen mental desde el comienzo.
Permitir que una imagen mental errónea nos obsesione es, en realidad, romper el segundo mandamiento que declara que no debiéramos honrar ninguna imagen. Podemos despojarnos de imágenes perturbadoras, que parecen estar grabadas en nuestro pensamiento, al comprender que la verdadera consciencia incluye ideas espirituales en lugar de cuadros materiales.
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