El trabajo es uno de los factores más importantes que acometemos diariamente. Por eso, es imperativo que logremos un concepto verdadero de lo que realmente es trabajo. La Ciencia Cristiana proporciona una explicación científicamente correcta y eficaz para aplicarla a nuestros asuntos humanos.
En esta Ciencia, aprendemos que el significado espiritual o verdadero de trabajo es el hombre reflejando a Dios, el Espíritu. En este concepto más elevado de trabajo, vemos y reconocemos a Dios como el único creador, la única substancia e inteligencia del universo, como la Mente infinita y el Amor omnipresente; y vemos y reconocemos al hombre como Su reflejo completo y perfecto, expresando todas las cualidades de Dios, en justicia, abundancia, salud y armonía.
La verdad espiritual de que Dios es todo y la relación del hombre con Él está establecida a través del tiempo y la eternidad. La Sra. Eddy escribe en Ciencia y Salud: “¿Crea Dios de nuevo lo que ya ha creado? Las Escrituras son terminantes sobre este punto, declarando que Su obra fue acabada, — nada es nuevo para Dios, — y que era buena”.Ciencia y Salud, pág. 206; El significado espiritual de trabajo es la verdad del todo de Dios y la relación del hombre con Él como Su reflejo perfecto.
En el sentido humano nuestro trabajo es demostrar esta verdad. Cualquiera que sea nuestra tarea, la podemos hacer más eficientemente si elevamos nuestros pensamientos constantemente hacia las verdades espirituales de Dios y el hombre. El concepto de labor improductiva desaparece cuando comprendemos que el universo de Dios incluye el desenvolvimiento espontáneo de Sus ideas. Buscando en primer lugar el ya establecido reino de Dios podemos reemplazar un sentido erróneo de vocación por uno de trabajo satisfactorio, placentero y recompensador.
Ya que nuestro trabajo verdadero es demostrar la unión o unidad del hombre con el Padre como Su reflejo, jamás podemos estar desempleados; porque Dios es nuestro único y verdadero empleador, y nuestra tarea es seguir las directivas de la Mente divina. Por lo tanto, si estamos realmente trabajando o no, depende de nuestro punto de vista mental y no de ninguna concepción externa o material de trabajo.
En nuestros esfuerzos humanos a veces enfrentamos dificultades que parecen insuperables. El problema puede ser de relaciones personales con un superior o compañero de trabajo. Puede que enfrentemos tareas que nos parecen muy difíciles o tal vez muy fastidiosas o una cuestión de desempleo.
Sea cual fuere el problema, podemos recurrir confiadamente a Dios para que nos muestre la solución. Por ejemplo, la Ciencia Cristiana nos demuestra el error de creer en muchas mentes, todas tratando de encajar una con otra, y nos conduce a la percepción de que la Mente divina es la única Mente del hombre. Problemas con respecto a relaciones personales pueden ser resueltos afirmando que existe sólo una persona, Dios, infinitamente individualizada por medio del hombre perfecto. En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy declara: “El mundo cree en una multiplicidad de personas; pero si Dios es personal, no hay más que una persona, porque no hay más que un solo Dios”.ibid., pág. 517;
A veces puede ser que necesitemos aspirar a un concepto humano más elevado de trabajo que el que hemos estado abrigando. El estudio diario de la Lección-Sermón del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana representa una de las más elevadas manifestaciones de actividad de que disponemos en esta etapa. Estas lecciones bíblicas fueron el resultado de la inspiración y revelación divinas experimentadas por la Sra. Eddy y, mediante nuestro diario estudio de ellas, podemos alcanzar la cúspide de la inspiración espiritual incorporadas en la Biblia y en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud. Por lo tanto, la Lección-Sermón es de suma importancia para el estudio y aplicación de la Ciencia Cristiana.
El punto mencionado está ilustrado por la experiencia de un estudiante de esta Ciencia que, habiendo asistido a la Escuela Dominical y a la iglesia de la Ciencia Cristiana desde su infancia, consideraba el estudio de las lecciones como parte natural de su vida. Después siguió un período en que se interesó menos en este estudio hasta que lo descuidó totalmente.
En esa época enseñaba en una pequeña universidad de filosofía y letras. Diarias discusiones con algunos estudiantes le causaban pensamientos opresivos de creer en muchas mentes en conflicto, hasta que en una clase, dominado por intenso miedo, se sintió incapaz de proseguir. Siempre había preparado sus clases cuidadosamente, tenía además un extenso conocimiento analítico de esta materia en particular al cual recurrir. Por tanto, comprendió que el problema no tenía relación alguna con el trabajo mismo en la clase.
Finalmente, la situación se agravó tanto que el maestro temió volver a la sala de clases aunque fuera una vez más. Fue entonces que empezó a comprender que pese a sus mejores esfuerzos no estaba preparado adecuadamente para dar clase. De modo que tenía poco sentido concentrarse en la materia a enseñar cuando el principal problema que encaraba era su creencia en muchas mentes mortales, algunas receptivas y otras no.
Sólo su trabajo en la Ciencia Cristiana podía solucionar convenientemente éste último aspecto y resolvió trabajar tan efectivamente como sabía hacerlo para lograr la curación en su pensamiento en cuanto a esto. Empezó nuevamente a estudiar las referencias de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana indicadas en el Cuaderno Trimestral para la lección de esa semana. Estudiaba cada mañana antes de ir a su trabajo y nuevamente por la noche. El resultado fue la curación completa del temor y de la creencia en muchas mentes, y su clase prosiguió mejor que nunca. Pero lo más valioso fue el concepto superior de actividad que logró con el estudio sistemático de la Palabra inspirada de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy.
Mediante el estudio de la Ciencia podemos adquirir un sentido más amplio y más espiritual de trabajo que incluye la destrucción de toda creencia errónea acerca de Dios y el hombre. Este concepto más extenso de propósito en la vida incluye la curación del pecado y la enfermedad. Podemos empezar a desechar toda forma de mal en nosotros y en los demás, cumpliendo así el mandato del Maestro, “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios”. Mateo 10:8;
Más que una demostración de poder personal, las obras de Cristo Jesús ilustraron la operación del Amor siempre presente, el Principio divino, Dios, con quien él actuó en perfecto acuerdo. Hablando de Jesús, la Sra. Eddy nos dice: “El hizo bien la obra de la vida, no sólo en justicia a sí mismo, sino por misericordia a los mortales, — para enseñarles a hacer la suya, pero no para hacerla por ellos ni para relevarlos siquiera de una sola responsabilidad”.Ciencia y Salud, pág. 18;
Lo que deberíamos buscar por encima de todo es el significado espiritual de trabajo. Entonces estaremos siguiendo las enseñanzas de nuestro Maestro cuando dijo: “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará.. . Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”. Juan 6:27, 33.