Muéstranos algo que sea más que un edificio,
pues nuestras necesidades son más intensas que
un rico mobiliario y una bella arquitectura.
Muéstranos algo más que tu mano extendida
— aunque fue por ello que nos llegamos a ti —
danos más que una calurosa acogida,
pues nuestros anhelos son tan profundos
que la bondad humana no los puede saciar.
Hénos aquí, estremecidos,
entre tu respetable grey,
sobresalimos por ebrios,
drogadictos, desaparecidos,
mentirosos, solitarios, ladrones,
derrotados,
mundanos, desechados,
pecadoras, enfermos,
por dioses ajenos engañados,
mas deseando a Dios,
deseando el bien.
Que tu oración silente
abra nuestros corazones
para que los unja el Espíritu Santo.
Que tu lectura nos llegue
espiritualmente perfecta,
y entre en nuestros corazones,
sanando,
sanando con precisión
lo que necesita curación,
y revelando exactamente
aquello que el sentido humano nos ha ocultado
— que pecado y pecador son conceptos de su propia fabricación
y que ¡jamás nosotros somos su creación!
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