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Un libro por el que estoy agradecida

[Original en portugués]

Del número de agosto de 1975 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En la vida de todo Científico Cristiano existe un libro de especial importancia. Fue publicado hace un siglo, en 1875, y todavía se continúa leyendo cuidadosa y afectuosamente. Es objeto de un profundo estudio diario. A pesar de que hacía falta hace mucho tiempo, apareció sólo cuando el pensamiento humano estuvo mejor preparado para recibirlo. Constituye la prueba del amor de Dios hacia Sus hijos. Es el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy.

Muchos están hoy en día familiarizados con este libro que ha cambiado sus vidas, en algunos casos, desde la primera vez que lo leyeron. Este libro les llegó a ellos de diversas maneras — a algunos como regalo de bodas, a otros como una expresión de amistad en un momento de urgente necesidad. Para algunos, quizás al principio fue objeto de mera curiosidad. Lo hallaron de diversas maneras, pero las bendiciones que les ha aportado a sus vidas son infinitas. Está cumpliendo para ellos lo asegurado por Cristo Jesús cuando dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. Mateo 5:6;

¿Cómo puede bendecir un libro? Ciencia y Salud no sólo bendice, sino que es en sí una bendición. Revela los numerosos tesoros escondidos en la Biblia. La Sra. Eddy dice lo siguiente de sus obras sobre Ciencia Cristiana: “Yo era una escriba bajo órdenes”.Miscellaneous Writings, pág. 311; Este libro expone el significado espiritual de las numerosas historias que hay en la Biblia que podrían, de otro modo, ser interpretadas meramente como la historia de un pueblo. Mas en su significado espiritual, como se explica en Ciencia y Salud, la Biblia se convierte en una fuente de inspiración para todos ya que ven en sus páginas cómo Dios, el Espíritu divino, protege, defiende y guía a Sus hijos. Sobre todo, Ciencia y Salud nos enseña cuál es nuestra verdadera naturaleza — la naturaleza del hombre creado a la imagen y semejanza de Dios, el Ser perfecto, que crea sólo la perfección.

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