El anillo y el vestido esperan
A los que el viaje al hogar han emprendido,
Hijos de Dios por Él amados
Que al retorno encuentran alegría y luz.
Calzado para los pies arrepentidos,
Becerros gordos para la fiesta;
Cerdos y algarrobas atrás han quedado;
Se ha silenciado la ansiedad.
Hay amor en los ojos del Padre.
(¡Hermano, hermano! ¿Hay amor en los tuyos también?)
Los que estaban perdidos hallados han sido;
Los que muertos estaban, están vivos;
Los que partieron, ya han regresado
(Lecciones aprendidas, nada ha quedado que deba olvidarse o perdonarse).
¡Dejad que la música estalle por todo lugar!
¡Bailen y canten todos sin cesar!
Para aquéllos — los redimidos — el vestido;
Y para cada amado hijo — el anillo.
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