De cada uno de nosotros depende encontrar su verdadero ser y serlo. Por medio del estudio de Ciencia Cristiana y su aplicación, podemos experimentar diariamente el desarrollo triunfante y gozoso de este ser verdadero. Podemos empezar a percibir y comprender que la identidad verdadera y real del hombre y su inseparabilidad de Dios, es el Cristo, que Jesús vivió y demostró.
Esta identidad incluye todo el bien y solamente el bien. En la Biblia encontramos esta declaración: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. 1 Juan 3:1, 2; El conocimiento mundano no nos puede ayudar a comprender nuestra naturaleza verdadera, porque “no nos conoce”. La comprensión espiritual viene por medio del Cristo, la Verdad, y por las enseñanzas espirituales de la Biblia y de la Ciencia Cristiana. Entonces “le veremos tal como él es” y seremos conformados a la imagen de Dios.
La Ciencia Cristiana enseña que Dios es a la vez el Padre y la Madre del hombre y así revela más claramente que nunca el elevado estado del hombre como hijo de Dios. La Sra. Eddy escribe en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud: “La Ciencia Cristiana separa el error de la verdad, y alienta las páginas sagradas con el sentido espiritual de la vida, la substancia y la inteligencia. En esta Ciencia descubrimos al hombre a la imagen y semejanza de Dios. Vemos que el hombre nunca ha perdido su estado espiritual y su eterna armonía”.Ciencia y Salud, pág. 548;
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