Si perdonamos superficialmente cuando alguien nos desilusiona, posiblemente quedemos heridos en nuestro interior, sintiéndonos desengañados por la conducta de alguien que nos importa profundamente.
El aceptar el deteriorio de una relación tal, puede llevarnos fácilmente a actuar con excesiva cautela en otras relaciones. Para evitarnos el dolor de nuevos desengaños, acaso queramos deliberadamente limitar nuestras aspiraciones y, en lugar de buscar amistades vitales, optemos simplemente por relaciones superficiales, poco exigentes y relativamente poco satisfactorias. Sin embargo, esto no contribuye a una verdadera realización. Significa que seremos pobres en la amistad, cuando podemos ser ricos.
Un día descubrí algo acerca de mí mismo que me sorprendió. Durante una época en que estuve meditando en oración, me di cuenta, con la inquietante sensación de verme a mí mismo bajo una luz más cruda, de que durante años me había sentido desilusionado de los seres humanos en general.
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