Mary Baker Eddy dice en Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras (págs. 323–324): “Los efectos de la Ciencia Cristiana no pueden verse tanto como pueden sentirse. Es la 'voz callada y suave' de la Verdad, expresándose. O bien nos alejamos de esta expresión, o escuchamos y nos elevamos. El deseo de llegar a ser como niños pequeños y dejar lo viejo por lo nuevo, dispone el pensamiento para recibir la idea avanzada. Alegría al abandonar las falsas señales del camino y regocijo de verlas desaparecer, — he aquí la actitud que contribuye a adelantar la armonía final”.
Recientemente, mientras paseaba con mi pequeña hija de cuatro años y medio de edad, con quien muy a menudo conversaba sobre las bondades de nuestro Padre-Madre Dios, le dije: “¡Mira, hijita, qué mañana de sol tan hermosa nos da Dios para nuestro paseo!” Ella sonrió mirando el hermoso espectáculo, y a los pocos segundos me dijo, como si fuera un secreto: “Papito, los demás no saben”. “¿Qué es lo que no saben los demás?”, le pregunté. Entonces me contestó: “Que Dios nos cuida para que nosotros estemos contentos”. ¡Ése fue un gran día!
Con el pensamiento en esa frase de mi niña, que muchos todavía no saben que Dios nos cuida, doy gracias a Dios por darnos luz y conocimiento por medio de la Ciencia CristianaChristian Science: Pronunciado Chrischan Sáiens. para comprender que Él es Todo-en-todo, y este testimonio que doy a continuación lo confirma con amplitud.
Hace ya varios años, pasé por pruebas muy grandes en varios aspectos de mi vida: hogar, salud, trabajo, religión, familia, amistades. Tenía el vicio del tabaco y del alcohol. Todo me era adverso, y un panorama muy penoso y sombrío, que me cerraba el entendimiento para otra cosa, sólo me hacía pensar en mi desintegración como hombre. Sin embargo, en medio de ese torbellino de errores, le pedí a Dios que me salvara. Lo hice con desesperada esperanza, sin conocer ni comprender a Dios en Su infinita sabiduría.
Tengo una hermana que, por gracia del Amor, es practicista de Ciencia Cristiana. Recurrí a ella. En la primera consulta ella me dijo: “Habla con Dios, cara a cara, humilde, confiada y sinceramente, y nada te faltará”. Y así fue. Desde ese día mi vida cambió. Primero, mi obscura esperanza cambió por una esperanza llena de luz. Luego adquirí algún conocimiento de Dios y fe en Él. Después la comprensión de Dios. Y al fin, la demostración de esta comprensión basada en la omnipotencia y omnipresencia de Dios que se manifiestan como el Cristo.
Estoy ahora casado con una estudiante de Ciencia Cristiana. Mi salud es buena. Trabajo en una fábrica donde los dueños son estudiantes de Ciencia Cristiana. Mi religión es una gran bendición ya que no dudo más del supremo gobierno y cuidado de Dios. Estoy completamente libre del vicio de fumar y tomar. Todo lo que he aprendido en la Ciencia Cristiana contribuye a mi felicidad. Y como broche final de este testimonio, en mayo de 1974 fui aceptado como miembro de La Iglesia Madre.
Agradezco a Dios por Cristo Jesús, por la Sra. Eddy, por la practicista, y por la inspiración que hizo posible mi nuevo nacimiento.
Montevideo, Uruguay
