A Cristóbal le gustaba pasar la noche en casa de su abuelita. Le daba mucha alegría dormir en el cuarto que había sido el de su mamá. Después de jugar un rato con su abuelito y haberse limpiado los dientes, la abuelita lo arropaba en su abrigada y limpia cama y se sentaba a su lado para repetir la oración que la Sra. Eddy escribió especialmente para los niños pequeños:
Padre-Madre Dios,
en Tu amor,
guárdame al dormir,
guía mis pies al ir
de Ti en pos.Miscellaneous Writings, pág. 400;
Luego, deseándole buenas noches, la abuelita lo besaba diciéndole: “Querido, sueña algo lindo. Yo te quiero mucho”.
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