Toda capacidad que poseemos, toda aptitud para expresar el bien que manifestamos, todo el amor que irradiamos, tiene un origen único: Dios, la Mente omnipresente. Cuando nos acercamos a Él devota y sinceramente, Su infinita inteligencia, Su guía e iluminación nos fortalecen.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!