En una ocasión, un estudiante de la Sra. Eddy le preguntó cuál era la diferencia entre el amor personal y el amor impersonal. La Sra. Eddy contestó substancialmente así: “Cuando vuestro amor requiere un objeto para que se manifieste, sabréis que es personal; cuando se prodiga libremente a todos, sabréis que es impersonal”.We Knew Mary Baker Eddy, Primera Serie (Boston: The Christian Science Publishing Society, 1943), pág. 84 ;
Cristo Jesús incluyó a todos en su amor. Era compañero no sólo de los creyentes y de los que le eran leales, sino también de los pecadores para ayudarles a salir del pecado. Jesús tenía amigos y ayudantes especiales, incluyendo sus doce discípulos y María y Marta; no obstante, su amor fue ilimitado e imparcial. Proclamó la verdad a aquellos con quienes tuvo contacto.
A menudo el amor y lealtad personales nos defraudan, pero el amor de Dios, jamás. Ello se debe a que el amor personal es humano y limitado, mientras que el amor de Dios es infinito, divino, y omnímodo.
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