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Los padres y el hijo

Del número de abril de 1976 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Al disciplinar y educar a los hijos es útil que los padres recuerden que el hombre verdadero es hijo de Dios y que posee una herencia de salud, pureza y amor ilimitados. La Sra. Eddy escribe: “En la Ciencia el hombre es linaje del Espíritu. Lo bello, lo bueno y lo puro constituyen su ascendencia ... El Espíritu es la fuente primitiva y última de su ser; Dios es su Padre, y la Vida es la ley de su existencia”.Ciencia y Salud, pág. 63;

La pretensión opuesta — la pretensión de un falso concepto del hombre llamado un mortal — se encuentra en el libro de Job. “El hombre nacido de mujer, [es] corto de días, y hastiado de sinsabores”. Job 14:1; Es este concepto mortal lo que el mundo intenta mantener en nuestro pensamiento y experiencia como la identidad verdadera de ambos, padre e hijo. Mas el hombre espiritual, el único y verdadero, no es “nacido de mujer”, no es concebido y formado humanamente, ni apesadumbrado por el limitado pensamiento del mundo. El hombre es la idea de Dios. Su único progenitor es el Padre-Madre Dios, y su única herencia es el universo espiritual, el universo del desarrollo, la salud, la oportunidad, el amor y la libertad, ilimitados. En nuestra experiencia humana podemos sentirnos seguros, sanos y en paz conociendo y aplicando persistentemente estas verdades espirituales.

El Padre divino, que creó al hombre, nunca podría tratarlo con crueldad o permitir que sea menos que perfecto. El Padre siempre está con el hombre porque el Padre es omnipresente. El hombre está a salvo en la presencia de Dios.

La Ciencia Cristiana enseña que Dios es tanto la Madre como el Padre del hombre. La Madre divina no podría de ninguna manera temer por la seguridad del hombre, porque la omnipotencia y la omnipresencia del Amor son la esencia de la verdadera maternidad y del ser mismo del hombre; ellas excluyen naturalmente el temor, la enfermedad, el mal y la materia de la vida del hombre. El hombre está a salvo, rodeado de los brazos del Amor divino.

Un ser humano puede temer que su hijo herede las enfermedades y los defectos de carácter de sus antepasados. Este padre necesita comprender que el hombre, la identidad verdadera del niño, así como la de ambos padres, posee y manifiesta sólo una salud perfecta y duradera. Puede entonces regocijarse de que la verdadera ascendencia del niño es “lo bello, lo bueno y lo puro”.

Dios es el Amor siempre presente. El niño que tiene un problema de salud necesita que se le enseñen los fundamentos de la Ciencia Cristiana por medio de los cuales puede usar el poder del Amor para defenderse a sí mismo de los temores y las creencias que quisieran enfermarlo. La Sra. Eddy escribe: “Toda la educación de los niños debiera ser tal que forme hábitos de obediencia a la ley moral y espiritual; así que el niño pueda hacer frente a y vencer la creencia en la llamada ley física, una creencia que procrea las enfermedades”.Ciencia y Salud, pág. 62;

Los padres pueden enseñarle al niño “obediencia a la ley moral y espiritual” verbalmente y por medio del ejemplo. El niño debería conocer a edad temprana las Lecciones-Sermones que se publican en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana. Debería enseñársele cómo leer y emplear estas Lecciones-Sermones, así como mostrársele los beneficios que trae leer las publicaciones de la Ciencia Cristiana.

Se dice que algunas enfermedades de los niños son producidas por un amor “asfixiante” — un sentido humano de amor que es solícito, pero agobiante. El Amor divino, o “el perfecto amor”, como la Biblia enseña, “echa fuera el temor”, 1 Juan 4:18; junto con la preocupación, la ansiedad y la creencia supersticiosa en el poder de la enfermedad para dañar o destruir. A medida que los padres obtengan un mejor sentido del Amor y de su gobierno sobre su hijo y las condiciones humanas, los temores y presentimientos paternos disminuirán, y en esta atmósfera mental el niño puede jugar, trabajar y vivir felizmente, libre de mala salud.

La Vida divina crea al hombre y mantiene su ser por toda la eternidad. Los padres deberían reconocer que la identidad espiritual del niño, la identidad llamada hombre, está siempre ante la presencia de la Vida indestructible, del Amor omnipotente y de la Verdad que todo lo ve. Sabiendo esto, los padres no temerán cuando sus hijos salen para ir a la escuela, a la universidad, a las fuerzas armadas o hacia lugares lejanos. Ellos pueden reconocer que dondequiera que se encuentren, sus hijos están siempre al cuidado de Dios.

En la Ciencia Cristiana, “Principio” es otro nombre para Dios, el Amor divino. El Principio gobierna al hombre, y nuestra comprensión de esto hace que el gobierno armonioso de Dios sea una realidad en la vida humana del joven. Si se presentara un problema moral, los padres Científicos Cristianos sinceros pueden apoyarse con confianza en este Principio para que los guíe. El joven — o la joven — apoyado en esta forma por la comprensión del Amor divino que tienen sus padres, puede manifestar la integridad, fuerza, pureza e inteligencia de ese Amor. Saber que el hombre es la imagen y semejanza de Dios ayuda a resolver problemas morales. El joven puede ser guiado a no tomar decisiones equivocadas o a no participar en actividades dañinas. Es apoyado cuando sus padres se aferran al Cristo, la Verdad. La Sra. Eddy escribe: “La gran verdad en la Ciencia del ser de que el hombre real era, es, y siempre será perfecto, es incontrovertible; porque si el hombre es la imagen o el reflejo de Dios, no está invertido ni subvertido, sino que es recto y semejante a Dios”.Ciencia y Salud, pág. 200.

Es importante que los padres sepan, aun antes de nacer el niño, que sólo hay una Mente — y que ésta es la Mente de los padres y del niño. Si el niño no se lleva bien con sus hermanos, o si se rebela contra sus padres, es necesario que éstos comprendan que hay una Mente, y este entendimiento ayudará a gobernar al joven correctamente. La incapacidad de llevarse bien con los demás es una creencia en una mente aparte de Dios, el bien, una mente que es discordante, obstinada, rebelde, indócil. Esta creencia tiene que ser rechazada — ver que esta tal llamada mente es irreal, carente de poder, y, en consecuencia, incapaz de influir el pensamiento o la conducta del niño. Aferrándose a la verdad de que hay una sola Mente, los padres encontrarán que el sentido de conflicto se evidenciará menos, y que el niño manifestará con más facilidad la independencia mental que le pertenece correctamente bajo la ley de Dios.

Los padres encontrarán que un conocimiento y una comprensión de la identidad espiritual del hombre en la Ciencia Cristiana los ayudará paso a paso a criar a su hijo, y ayudará al niño cuando se enfrente con problemas físicos y morales. A medida que crece en la percepción de su propia identidad espiritual como hijo de Dios, va aprendiendo a ayudarse a sí mismo por medio de la Ciencia Cristiana.

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