Este llamado, impulsado por la buena voluntad y el amor, lo dirigen a los jóvenes las personas que se interesan por ellos: padres, personas mayores en la familia, y maestros. Si está dirigido a aquellos jóvenes que tienen la inclinación a desaprovechar sus oportunidades de mejorarse, puede actuar como una aguda advertencia de que, en las palabras de la Sra. Eddy, “si el ahora en el que podemos confiar se pierde al hablar o al actuar descuidadamente, jamás vuelve”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 12; Pero si es un individuo aplicado y consciente, el llamado puede realmente significar: “Usted está actuando bien; se está preparando para su futuro”.
Es posible que un joven se pregunte: “¿Qué es el futuro? Si prepararme para el futuro significa estudiar con ahínco, hacer las tareas, y no tener tiempo para divertirse, no puede tener nada de lo que yo quiero porque no me gusta prepararme”.
La respuesta es que el futuro no es un remoto período de exigencias y circunstancias desconocidas. Viene minuto a minuto; es la próxima hora, el siguiente día, un día tras otro. Podemos y debemos prepararnos continuamente para el futuro. Cuando hacemos lo mejor en el momento presente, estamos creciendo para enfrentar las exigencias futuras. La Sra. Eddy escribe: “El que desea tener éxito en el futuro, debe aprovechar al máximo el presente”.Miscellaneous Writings, pág. 230;
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