Es muy grato para todo redactor tener la oportunidad de comunicarse directamente con sus lectores; y estamos creando esa oportunidad. Creemos que es muy útil compartir con ustedes algunos de nuestros conceptos acerca del The Christian Science Journal, el Sentinel y el Heraldo en sus distintas ediciones, y queremos también decirles algo de nuestras aspiraciones, esperanzas y objetivos.
¿Qué papel desempeñan nuestras publicaciones periódicas? El mismo que desempeña la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) en su totalidad: el de inspirar, informar, educar y, sobre todo, espiritualizar y sanar. Ya sea que vivamos en Africa, Europa, Asia, Norte, Centro o Sud América, o dondequiera que sea, vivimos en sociedades que están cambiando rápidamente. La Ciencia del ser es invariable, pero el mundo de nuestros lectores está cambiando mucho. Este hecho ocupa un lugar primordial en nuestro pensamiento.
Sin embargo, nos dirigimos esencialmente al sentido espiritual. No aceptamos como definitivo lo que parece ser y no es — que escribimos para europeos o asiáticos, para negros o blancos, para jóvenes o viejos, para los de mucha o escasa educación, para el que se inicia en la Ciencia o para el de mucha experiencia en ella. Creemos que al sentido espiritual se lo alcanza mejor por medio de declaraciones sencillas de la verdad científica. A veces las publicaciones deben extender una mano al lector para poder llegar a él; pero, por lo general, deben dar al lector la verdad que le pueda inspirar a elevar su nivel de pensamiento y vida. Esto, nos parece, fue la manera como lo hizo Mary Baker Eddy según lo evidencian sus escritos.
¿Cuál es el potencial de las publicaciones de la Ciencia Cristiana? Es el potencial de la Ciencia Cristiana misma. Y esto es más que grandioso. Es ilimitado. Estamos muy lejos del completo desarrollo de ese potencial. No sería realista creer de otro modo. Pero estamos en camino de lograr ese potencial. Estamos dedicando nuestro pensamiento y nuestras energías para alcanzarlo más rápidamente.
De tiempo en tiempo han aparecido muchas innovaciones y cambios en nuestras publicaciones, especialmente durante los últimos diez años. No todos estos cambios han tenido éxito. Pero estamos agradecidos porque la mayoría sí lo han tenido. No hacemos ningún cambio sin explorar cuidadosamente todas las implicaciones que pudiéramos detectar; no lo hacemos sin tomar en cuenta el efecto total, el costo a los suscriptores y, primordialmente, el concepto que tenía la Sra. Eddy de las publicaciones que ella fundó. Algunos cambios son impulsados por la previsión, para impedir algún desafío que pudiera aparecer a lo lejos. Algunos son causados por razones de índole industrial o debido a fluctuaciones en las condiciones económicas. El apoyo de ustedes — incluso el apoyo de la crítica constructiva — nos ayuda a ser más innovadores y progresistas.
De cuando en cuando las publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana cambian su aspecto exterior. Durante la época de la Sra. Eddy se hicieron cambios en el formato de las publicaciones, y ella estipuló que éstas se mantuvieran conforme a las exigencias del día (ver Manual de La Iglesia Madre, Artículo VIII, Sección 14). Hoy, como entonces, el contenido — lo que se dice de la verdad espiritual y cómo se dice — es de primordial importancia. No hay lugar a dudas de que las ilustraciones, los colores, las portadas y contratapas, la composición de una página — todo — comunica algo. Y todo esto debe comunicar la continua actualidad y vitalidad de la Ciencia Cristiana. El aspecto exterior debe complementar armoniosamente la palabra escrita de la Ciencia. La aprobación dada a los cambios que hemos hecho en años recientes muestra que muchos que no son Científicos Cristianos han sido atraídos por el aspecto exterior de las revistas a tal punto que se han sentido impulsados a investigar el contenido.
Para resumir, la meta que nos hemos fijado es la de servir a la revelación de la Ciencia del ser y la de servir al Movimiento de la Ciencia Cristiana tan efectiva, atrayente y económicamente como nos sea posible. Evaluamos frecuentemente lo que estamos haciendo, y continuaremos haciéndolo. Nos preguntamos, ¿está logrando este enfoque o aquél el objetivo que se persigue? ¿Podemos presentar temas espirituales en formas más variadas? ¿Puede insertarse ocasionalmente otro estilo de artículos y editoriales?
¿Cómo puede usted, lector, ayudarnos a hacer mejor lo que estamos tratando de hacer? Poniéndose en nuestro lugar y favoreciéndonos con su buena voluntad invariablemente. Y, lo más importante, por su reconocimiento metafísico de que la Verdad, en sus múltiples expresiones, no puede ser obstruida por las pretensiones del materialismo y falta de interés en la religión. Deseamos que el Movimiento esté debidamente informado de lo que planeamos de vez en cuando, y por qué hacemos lo que estamos haciendo. Éstas son sus publicaciones, y usted tiene este derecho.
Por esta razón le agradecemos a usted, nuestro lector, que nos escriba. Cada carta que llega, cada opinión — ya sean en favor o en contra — las anotamos y consideramos. Nos es muy útil saber no sólo de lo que no está funcionando bien, sino también de lo que está bien — ya que esto último confirmará que estamos caminando en la dirección correcta.
Los Journals, Sentinels y Heraldos — exceptuando los editoriales — tienen su origen en el Campo. Están compuestos principalmente de los artículos de ustedes y de sus testimonios de curación. En cierto modo, estamos aquí para ayudar a que el Campo se ayude a sí mismo. Esto necesita de su colaboración individual: su suscripción, su artículo o testimonio y su percepción metafísica del poder que respalda esta singular operación publicitaria.
No pensamos en usted, nuestro lector y colaborador, como una abstracción anónima. Sus necesidades y preocupaciones — dondequiera que viva, sea cual fuere su país y su idioma nativo — son importantes para nosotros. Deseamos que las publicaciones de la Ciencia Cristiana tengan mayor valor para usted. Y estamos trabajando para alcanzar este fin. Nos alienta el espíritu de las declaraciones que hizo la Sra. Eddy sobre Cristo Jesús: “Él dijo: ‘El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán’; y no han pasado. Los vientos del tiempo barren a fondo los siglos, mas nunca pueden relegar al olvido sus palabras. Ellas viven aún, y en el mañana hablarán con voz más alta que hoy”.Miscellaneous Writings, pág. 99.
    