Las meras palabras son insuficientes para expresar mi gratitud a nuestro Padre-Madre Dios por Cristo Jesús, el Mostrador del camino, y por Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens).
Ocurrió en enero de 1974, cuando la madre de mi esposa vino a mí cuando estábamos en su casa donde mi familia tuvo que hospedarse por un corto tiempo mientras buscábamos nuestra propia casa. Me trajo a su nieta de tres años, la hija de la hermana de mi esposa. Esta niñita era sordomuda de nacimiento. Mi suegra me dijo que si deseaba podía orar por la niña para que pudiese oír y hablar.
Inmediatamente le respondí a mi suegra que todo es posible para Dios, y le pregunté: “¿Verdaderamente ama usted a su nieta?” “Sí”, me contestó. Le pregunté: “¿Quiere verdaderamente ver cómo esta niña oye y habla de la manera en que Dios la creó?” Me respondió: “¡Oh, sí!”
Utilicé el poco conocimiento que tenía entonces sobre la manera de curar en la Ciencia Cristiana. Recuerdo que primero que nada utilicé el Padrenuestro con la interpretación espiritual dada en las páginas 16 y 17 de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por la Sra. Eddy. Sus últimas líneas son:
“Porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, para siempre.
Porque Dios es infinito, todo poder, todo Vida, Verdad,
Amor, está por encima de todo, y lo es Todo”.
Luego leí Génesis 1:26, 27 y Mateo 19:13–15. Volví a leer de Ciencia y Salud, página 582, la definición de “hijos”. La primera parte dice: “Los pensamientos espirituales y representantes de la Vida, la Verdad y el Amor”. y por último leí “la declaración científica del ser” en la página 468. Comienza: “No hay vida, verdad, inteligencia ni substancia en la materia. Todo es la Mente infinita y su manifestación infinita, porque Dios es Todo-en-todo”.
Cuando terminé de profundizar devotamente estos pasajes le dije a mi suegra que como ella aceptaba a Dios como el único sanador de su nieta, podía saber que su nieta oía y hablaba, ya que Dios la había creado, y que no había nada que pudiera impedir el funcionamiento de sus sentidos, que son buenos y espirituales, pues la materia no puede hablar, sentir ni oír. Esta niña, siendo hija de Dios, es perfecta y no puede faltarle ninguna de las cualidades de Dios, que son enteramente buenas. Le dije a mi suegra: “Su nieta, siendo la imagen y semejanza del bien, Dios, refleja a Dios, y no al mal. Así es que ámela más y más, ya que es perfecta aquí y ahora mismo”.
Como resultado de esto, todos en la casa notamos a la mañana siguiente que esta niñita sordomuda estaba hablando y oyendo bien. Todos en la casa estaban muy sorprendidos. Yo alabé a mi Señor una vez más y dije: “¡Gracias sean dadas a Dios!”
Tengo tantos testimonios que no puedo relatarlos todos. He recurrido a Dios en oración, reconociendo Su gobierno en las condiciones atmosféricas, tales como lluvia copiosa y viento, y he visto que opera. También he tenido soluciones de problemas financieros, políticos y sociales. Personas desocupadas han sido empleadas en muy poco tiempo. Estoy muy feliz de ser miembro de La Iglesia Madre y de haber tomado instrucción en clase con un excelente y experimentado maestro.
Kinshasa, República de Zaire