¿Cómo lo ha tratado la vida? ¿Le ha prometido a usted mucho? ¿Y se han cumplido las promesas? ¿Clasificaría usted su vida como buena, regular, pobre, o qué? ¿Y qué le dice la Navidad acerca de la vida y acerca de usted mismo?
Bueno, cualquiera que sea el concepto que tengamos de la vida, algo ocurrió cuando Cristo Jesús nació que hizo que las cosas fueran diferentes. Y si lo comprendemos ahora, hace que hoy las cosas sean diferentes. Si creemos que hemos fracasado, podemos empezar de nuevo. Si tememos al futuro, podemos cambiar el futuro. Si hemos perdido interés en la vida, podemos encontrar algo por qué vivir. Si tenemos talentos que no hemos usado, podemos encontrarlos y saber cómo expresarlos donde sean necesarios. Si estamos enfermos, podemos estar bien. Si creemos que podemos morir, podemos comprender la Vida y aprender que en la realidad el hombre jamás muere.
Todo este nuevo significado de la vida nos viene porque un niño nació hace veinte siglos en Belén. Pero hay algo más: El niño nació porque la naturaleza de la Vida verdadera es revelarse a sí misma. Y la Vida se revela a sí misma siempre como el Principio divino, el Amor.
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