Hace más de cincuenta años que por primera vez me presentaron la Ciencia Cristiana. Mediante la lectura y el estudio de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, fui sanado rápidamente del hábito de fumar. En el Prefacio a Ciencia y Salud, la Sra. Eddy ha escrito (pág. vii): “Para los que se apoyan en el infinito sostenedor, el día de hoy está lleno de bendiciones”.
Durante la Primera Guerra Mundial, mientras militaba en el Ejército, fui herido en la pierna. Por reconocimiento médico me dieron de alta y no pude continuar militando. Esto ocurrió antes de conocer la Ciencia Cristiana. A veces esta condición me producía rigidez en la articulación de la rodilla. Mediante mi propia comprensión de la Ciencia Cristiana, la rodilla sanó.
Años atrás, me ausenté de mi oficina alrededor de tres meses, debido a que me sentía mal. Tuve que presentar un certificado médico para justificar mi ausencia puesto que era un empleado público. El doctor le dio el nombre de debilidad general a ese malestar. Durante este período no recurrí a ningún tipo de medicamento. Con la ayuda, basada en la oración, de un practicista de la Ciencia Cristiana, confié sólo en la Ciencia y me repuse completamente.
Algunos años más tarde, mientras aún servía como empleado público, mi esposa y yo decidimos mudarnos de nuestra casa en Londres e ir a donde vivían sus padres. Solicité un traslado pero me dijeron que no había vacantes. Oramos sobre esta situación, y algunos meses más tarde me ofrecieron un puesto que acepté y que resultó beneficioso para todos.
El fallecimiento de un querido familiar muy cercano ha sido una experiencia muy dura, mas, durante todo este tiempo, he sido consolado y elevado por declaraciones inspiradoras de la Biblia y de las obras de la Sra. Eddy. Evoco las palabras de ella en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 131): “Donde Dios está nos podemos encontrar, y donde Dios está no nos podemos separar”.
Verdaderamente estoy agradecido por la instrucción en clase y feliz de ser miembro de La Iglesia Madre y de una iglesia filial, en donde he servido como secretario, maestro de la Escuela Dominical y ujier. También estoy agradecido por The Christian Science Monitor. La Sra. Eddy dice (íbid., pág. 353): “El objetivo del Monitor es no hacer daño a nadie, sino bendecir a toda la humanidad”. Una estrofa del Himno No. 134 del Himnario de la Ciencia Cristiana expresa bellamente mi pensamiento:
Te busco en mi necesidad
y siempre Te hallaré;
al roce Tuyo, eterno Amor,
renace el bienestar;
pensando en Ti vencer podré
el mal, la pena y el dolor.
Newhaven, East Sussex, Inglaterra
