La incidencia de la violencia en tiempos recientes asombra a todos los hombres y las mujeres decentes. La estadística y el horror al terrorismo — nacional e internacional — aumentan.
¿Podemos hacer algo contra el terrorismo? La respuesta es que sí. Podemos orar, basándonos en que Dios, la única Mente divina, lo gobierna todo. Nuestra continua oración diaria por el mundo puede ayudar a guiar el pensamiento para que entienda las profundas implicaciones de la situación humana que necesita ser sanada. Nuestro trabajo de oración, firmemente establecido, puede llevar a un esfuerzo significativo y conjunto para detener el terrorismo. Los especialistas, se nos dice, consideran que el terrorismo es el arma de los débiles. Lo ven como una guerra sicológica en la cual la meta de los terroristas es paralizar mentalmente a millones de personas por medio del temor.
El hecho básico es que el terrorismo es una actitud mental que sólo puede ser detenida eficazmente dominando el temor en el pensamiento mundial antes de que dicho temor se manifieste en un acto de barbarie.
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