| Verdadero | Falso | ||
| 1. | _________ | _________ | Las drogas, la cirugía y otras técnicas materiales de curación son desarrolladas para responder a los males humanos. |
| 2. | _________ | _________ | Los males humanos se desarrollan como consecuencia de la disponibilidad y el uso de las drogas, la cirugía y otras técnicas materiales de curación. |
¿Cómo respondería la mayoría de las personas a estas dos declaraciones? Muchas probablemente considerarían la número uno verdadera. Y, tal vez un tanto perplejas, es posible que marcaran la segunda como falsa. Hasta puede que se preguntaran si la segunda no es un tanto ingenua.
La Sra. Eddy advierte: “Todo método médico tiene sus defensores. La preferencia de la mente mortal por cierto método crea una demanda por ese método, y entonces el cuerpo parece requerir tal tratamiento”.Ciencia y Salud, pág. 179;
La Ciencia Cristiana proporciona discernimiento espiritual que desafía la clase de razonamiento humano tradicional que se expone en la primera declaración de “verdadero o falso”. Casi todos los Científicos Cristianos saben de individuos cuya comprensión de una verdad espiritual básica los ha sanado de condiciones diagnosticadas por la medicina como difíciles o imposibles de curar — o han experimentado ellos mismos tal curación.
La Sra. Eddy escribe sobre la medicina: “Dios siendo el Todo-en-todo, Él hizo la medicina; pero esa medicina era la Mente. No pudo haber sido la materia, que se aparta de la naturaleza y el carácter de la Mente, Dios. La Verdad es el remedio de Dios para el error de toda clase, y la Verdad destruye sólo lo que no es verdad”.ibid., págs. 142–143;
El remedio natural, entonces, para cualquier supuesto error — para todo lo que parece oponerse a la perfección infinita — es la Verdad eterna, la Mente que conoce únicamente la realidad, el Dios al cual Habacuc se refiere como “muy limpio... de ojos para ver el mal”. Hab. 1:13. La Ciencia Cristiana revela que el conocimiento siempre presente, infinito y perfecto de la Mente sana toda discordancia. En otras palabras, la Mente es nuestra medicina genuina.
Pero, ¿qué decir del hombre mortal, de la medicina material y de la enfermedad? El segundo capítulo del Génesis describe alegóricamente al hombre en términos mortales. Hecho de materia. Sujeto al pecado, al sufrimiento y a la muerte. Poseyendo una mente personal — una mente que yerra, una mente que busca en la materia el bienestar, la satisfacción, la salud, y aun la vida misma. Este falso relato del hombre presupone que la mente se desarrolla en la materia y está sujeta a la mortalidad. Esta supuesta mente recurre a varios medios materialistas para apoyar y sostener su propio concepto del hombre. Pero la verdad acerca del hombre permanece: él es idea. Siempre espiritual. La verdadera semejanza de la Mente inmortal y que del todo expresa esa Mente.
La suposición de que la vida y la mente están en la materia es un error. La creencia de que la salud y el bienestar del hombre están mantenidos por la materialidad, es un error. La medicina material es un error basado en la creencia de que la Mente inmortal falla en su capacidad de preservar, sin ayuda, la salud de su idea, el hombre.
La Ciencia Cristiana nos despierta de la creencia de que la existencia es material y de que el hombre se salva por medio de la materia. Nos alerta a defendernos de las imposiciones de esta así llamada mente mortal que favorecería la materia como el medio por el cual el hombre encuentra la salud.
Aunque generalmente se asume que la enfermedad origina la demanda por medicinas materiales, la verdad es que el error de basar la medicina sobre una premisa material realmente tiende a producir la enfermedad. El error produce sufrimiento. La discordancia es el síntoma del error.
La Ciencia Cristiana saca a luz la medicina que es la Mente, la cual Cristo Jesús practicó con tanta eficacia y que enseñó a sus discípulos. Guía a confiar de manera incondicional en la Mente. Cualquier sistema para el cuidado de la salud (antiguo o moderno) que aliente al paciente a recurrir a la materia en vez de al Espíritu, o que divida su fidelidad alentándolo a confiar tanto en la materia como en el Espíritu, es algo menos que la medicina absoluta — la Mente.
A veces la curación necesita algo más que simplemente confiar y depender de todo corazón en la Mente. Puede que también necesitemos alejarnos, inteligente y perceptivamente, de las creencias ampliamente abrigadas sobre las medicinas materiales.
No tomar drogas, rechazar la cirugía, abstenerse de diferentes técnicas médicas, no quiere decir precisamente que uno está liberado de la medicina material. Desprenderse totalmente de los métodos materiales incluye algo más profundo que abstenerse del empleo de la materia. La materia, de sí misma, es inconsciente, inerte. Cualquier beneficio temporario que se obtenga de la medicina material proviene de la mente mortal. Pero la mente mortal se basa solamente en la creencia — no en el Principio divino. Por lo tanto, la libertad verdadera y completa significa el estar libre de las sugestiones de la mente mortal que declaran que la materia puede ayudar o reemplazar a la Mente como medicina eficaz.
Es incompatible solicitar tratamiento mediante la Ciencia Cristiana y aceptar al mismo tiempo voluntariamente atención médica, puesto que los dos métodos se basan en premisas opuestas. Un sistema define al hombre como material y procura dotar a la materia de salud. El otro sistema niega la materia y define al hombre como espiritual, expresando permanentemente la perfección. Los dos caminos son claramente incompatibles.
Durante varias generaciones ya, gente de toda clase alrededor del mundo, han encontrado evidencias lógicas e indiscutibles de que el comprender cómo la Mente los cuida es más que suficiente medicina. Estas personas han hallado que se obtienen grandes bendiciones cuando se deja de creer en muchas mentes y se venera a la única Mente divina.
La materia y sus condiciones se basan en conceptos humanos temporarios. La Mente divina y su eterna presencia son permanentes. Cada individuo tiene el derecho divino de responder a esta medicina que es la Mente, y a ser bendecido por ella.
