El hogar, el cielo, es el centro —
la consciencia ilimitada —
el bien infinito expandiéndose, siempre,
y el hombre bendecido eternamente.
El pensamiento expansivo iluminado por la inspiración
no conoce perímetro; ilimitados,
no hay ley mortal que nos encierre en una cerca
para hacernos pacer entre la enfermedad, el odio y el pecado.
Nuestro pensamiento libre es. Tampoco podríamos
excluir la infinitud.
La Verdad sanadora rompe lazos mundanos
— falsas leyes y fronteras.
La infinitud del Alma nos asegura
que nada termina, nada muere,
sino los perímetros.
El hombre vive eternamente.
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