Generalmente se piensa en el gobierno en términos de reglamentos creados por los hombres. La Ciencia Cristiana desafía al pensamiento humano y lo inspira al sostener que el autogobierno infinito de Dios es una verdad al alcance, la cual puede demostrarse aquí y ahora.
Cristo Jesús comenzó su ministerio público con el evangelio, con las buenas nuevas de que esta declaración es un hecho. Definió el gobierno de Dios como el reino de los cielos. Dijo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Mateo 4:17; En lenguaje moderno, sus palabras pueden interpretarse como una invitación, a todos aquellos que las escuchan, a cambiar su modo de pensar de la base de que la vida es mortal y material a la premisa de que Dios es la Vida del hombre y que, por consiguiente, el hombre es, en realidad, espiritual e inmortal, gobernado por Dios con toda perfección.
Jesús ilustró su enseñanza dando salud a los enfermos, integridad a los pecadores y alimento a las multitudes hambrientas. Resucitó a los muertos. Anuló para sí mismo en más de una ocasión las limitaciones de tiempo y espacio. La Ciencia Cristiana percibe en las obras de Jesús la evidencia de que la realidad es enteramente espiritual, que el hombre, en realidad, existe eternamente como la expresión de la infinita y divina acción creadora que se gobierna a sí misma. La Ciencia Cristiana señala que Jesús no usó ni medios materiales ni manipulación mental, sino que demostró la verdad del ser, ejemplificando el ideal espiritual percibido proféticamente como el Mesías, o el Cristo,
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