Cuando visité recientemente los Estados Unidos de América y estaba ya para comenzar un viaje en ómnibus de veintinueve horas de duración, quise que éste fuese un acontecimiento glorioso. Deseaba poder estar consciente durante todo el viaje de la ley de Dios en operación — la ley del Amor. El viaje fue algo magnífico y me enseñó, entre otras cosas, la verdad que encierran las palabras de Cristo Jesús: “De la abundancia del corazón habla la boca”. Mateo 12:34; Con todo mi corazón deseaba poder ver a todos los que conociera en el viaje como las ideas perfectas de Dios.
Cuando el ómnibus salió de la ciudad, lo primero que vi fue un gran cartel con el título: “Una familia feliz”, y pensé: “Esto es lo que realmente somos — una familia feliz, cada uno de nosotros es una expresión del amor de Dios, creado a Su imagen y semejanza, y obedientes a Su ley, la ley del Amor”.
Saqué mis libros — la Biblia, y Ciencia y Salud por la Sra. Eddy — para estudiar la Lección-Sermón en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana; de esa semana. Después de un rato, mi compañero de asiento me preguntó tímidamente qué estaba yo leyendo con tanto interés. Le expliqué que era una lección bíblica semanal compuesta de pasajes de la Biblia y de Ciencia y Salud, y que Científicos Cristianos en todo el mundo la estudian a diario. Esto quiere decir que es estudiada las veinticuatro horas del día alrededor del mundo. Me preguntó si podía darle una mirada a Ciencia y Salud. Abrió el libro en el capítulo “La Oración”, y no oí una palabra de él por algún tiempo pues estaba absorto en la lectura. Le di gracias a nuestro Padre-Madre Dios ya que vi la ley del Amor en operación.
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