Miembros de una iglesia filial ponen el progreso espiritual primero
Para los miembros de una pequeña iglesia filial éste era un punto decisivo. Los planes tentativos para remodelar el edificio de la iglesia habían sido diseñados y las primeras ofertas fueron inesperadamente costosas, dejando a los miembros confusos y sin saber qué hacer.
En lugar de enredarse en razonamientos humanos, ya fuera en favor o en contra del proyecto, los miembros adoptaron un programa de estudio que alentó a cada miembro a descubrir las cualidades que la Sra. Eddy requería y esperaba en La Iglesia Madre y sus filiales. Notaron en especial las oraciones de ella para las iglesias.
Un extracto de una carta de la Sra. Eddy a una iglesia filial declara sucintamente la razón para emprender el programa de estudio: “El éxito laudable de esta iglesia, y sus esfuerzos unidos para erigir un edificio en el cual venerar al infinito, surgió de los templos edificados primero en los corazones de sus miembros — el amor desinteresado que edifica sin manos, eterno en el cielo del Espíritu. Dios permita que esta unión perdure, y que continúen edificando, reedificando, adornando y llenando estos templos espirituales con gracia, Verdad, Vida y Amor”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 195.
Los miembros estudiaron referencias respecto al significado espiritual de estructura, fundación y piedra angular. Examinaron la naturaleza de la verdadera actividad cristiana vista a la luz de la vida de Cristo Jesús y la del Apóstol Pablo. También consideraron cómo el Manual de la Iglesia por la Sra. Eddy estaba destinado a fortalecer al Científico Cristiano individual y a proteger la institución humana. Se volvieron cada vez más conscientes de la necesidad de que ese templo fuera edificado “primero en los corazones de sus miembros...”
Se desarrolló un profundo amor entre los miembros a medida que fueron dándose cuenta de que el propósito de su iglesia filial era promover el entendimiento de lo que es la individualidad espiritual. Este amor encontró expresión en la ayuda prestada a varios miembros que temporariamente tenían dificultades.
El proyecto de edificación dejó de ser un problema cuando los miembros vieron que lo que se requería no era una expansión física, sino un mayor reconocimiento y demostración de las cualidades espirituales de Iglesia. Esta comprensión más amplia de lo que es la Iglesia, que no puede ser limitada o confinada entre cuatro paredes, está satisfaciendo completamente todas las variadas necesidades de la congregación.
¿Qué significa ser miembro de una iglesia filial?
Significa lograr un gran progreso espiritual. Un Científico Cristiano de experiencia, que es practicista, recalca que el ser miembro de una iglesia filial debe incluir el amor que nos ayuda a descubrir que el hombre es espiritual y perfecto.
¿Cómo descubriría lo que ocurrió cuando usted comenzó a descubrir su identidad espiritual?
Ser miembro de la iglesia fomentó y nutrió mi comprensión de lo que es la individualidad espiritual de una manera parecida a la de una persona que siente el apoyo y fortaleza de un ambiente familiar bueno. A medida que comprendía más que el hombre depende totalmente de Dios — comprensión fomentada por ser miembro — llegué a reconocer mi responsabilidad hacia los demás miembros, responsabilidad que después aumentó hasta incluir a la comunidad.
¿Cómo cree Ud. que su progreso influyó en su iglesia filial y en su comunidad?
Pues bien, empecé a darme cuenta de que el éxito de la iglesia filial en la comunidad dependía de cuánto amor desinteresado cada miembro de la iglesia, y esto quería decir yo, estaba dispuesto a expresar. Cuanto mejor entendía el concepto que la Sra. Eddy tenía de Iglesia, más me daba cuenta de cuán importante son las actividades autorizadas en el Manual — por ejemplo, cultos, reuniones, Escuela Dominical — y la disciplina del Manual de la Iglesia al dar una comprensión del amor desinteresado.
En una oportunidad pertenecí a una iglesia filial en la que se hizo obvio que todos teníamos que poner más en práctica las enseñanzas de la Ciencia Cristiana y realmente vivirlas. Cada uno de nosotros tenía que comprender más claramente nuestra inseparabilidad de Dios, y que la iglesia estaba allí para nutrir y apoyar esta comprensión para todos en la comunidad. Teníamos que vivir la Ciencia Cristiana como individuos y vivirla en nuestros hogares. También nos dimos cuenta de que los efectos de llevar una vida espiritual bendeciría a toda la comunidad.
Acercarnos a la comunidad no era un fin en sí mismo, sino el resultado de lo que estábamos haciendo en nuestra propia vida.
El resultado fue una notable cooperación espiritual y un tierno incentivo para el crecimiento espiritual individual.
Cuando alguien se encontraba temporariamente con problemas o enfermo, todos se unían para ayudar.
¿Puede dar un ejemplo de esta clase de apoyo?
Sí. Una clase de adolescentes de la Escuela Dominical deseaba aplicar lo que estaba aprendiendo sobre la Iglesia y el cristianismo. Varios alumnos dijeron que sentían que no eran necesarios, agregando que la iglesia parecía un lugar para gente mayor. Su maestro oró para saber qué hacer. Lo único que se le ocurrió fue pedirles si querían ayudarlo a trabajar en el jardín de la iglesia el sábado por la tarde. La respuesta fue tan entusiasta que de pronto se dio cuenta de cuán deseosos estaban estos jóvenes de aplicar lo que sabían del gran amor de Dios por el hombre a una actividad altruista.
El maestro comprendió que este entusiasmo podía beneficiar a todos los miembros; lo vio como un medio para expresar aprecio por quienes habían sido miembros por muchos años y que habían hecho mucho para apoyar la iglesia.
Un miembro ya mayor — por cierto uno de los miembros fundadores — estaba pasando por un momento difícil. Su esposa estaba enferma, y debido a que él la estaba cuidando, el jardín necesitaba atención. Por eso el maestro de la Escuela Dominical preguntó a los alumnos de su clase si les gustaría ayudar — no simplemente haciendo las tareas que eran necesarias, sino usando la experiencia como una oportunidad para aprender más sobre las verdades espirituales básicas.
Los jóvenes deseaban que llegara el momento de empezar y las cuatro clases de alumnos mayores se ofrecieron a participar. La clase de los mayores aceptó una tarea especial — la de preparar un tratamiento metafísico profundo para problemas tales como la fatiga o la inexperiencia, que pudieran asociarse con el proyecto. El sábado todos se reunieron antes del tiempo acordado en una pequeña sala de la iglesia y compartieron ideas sobre seguridad, resistencia, vigor y armonía. A pesar de que había un importante partido de fútbol en una escuela local y muchas otras actividades, un grupo grande se puso en marcha. Dedicaron el día a arreglar el jardín, y a limpiar ventanas y las canaletas del techo. Todos lo pasaron muy bien, respondieron a una necesidad genuina y la alegría que le dieron a esa pareja fue enorme.
¿Tuvo alguna secuela esa experiencia?
Sí. Dos alumnas dijeron que realmente les gustaría ayudar a las personas que no pudieran salir de sus casas. Empezaron a visitar a dos miembros que no podían hacerlo, les leían la Lección Bíblica y realizaban trabajos para ellos. Lo que estas jóvenes hicieron no fue una serie de pequeños actos. Estaban aprendiendo algo de la naturaleza del amor desinteresado y descubriendo algunas verdades básicas de la identidad espiritual del hombre. Fue su participación en una iglesia filial como alumnas de la Escuela Dominical lo que les dio la oportunidad de glorificar a Dios, aplicar su comprensión de lo que es la Iglesia, y ver cómo ésta se desborda en buena voluntad para la comunidad.
La calidad de los testimonios de los miércoles
La parte dedicada a los testimonios en las reuniones vespertinas de los miércoles es tan importante como la lectura y necesita del consagrado apoyo de la congregación. El período destinado a los testimonios es el momento de decirle al mundo: “¡Sí, la Ciencia Cristiana cura!”
La evidencia es más abundante que nunca. Pero en muchas iglesias filiales se necesitan más testimonios de curaciones recientes que ilustren cómo opera la Ciencia Cristiana.
La persona que testifica sobre una curación debiera referirse a su propia experiencia, no a la de otra persona, y el testimonio debiera ser dado con honestidad, debiera surgir del corazón.
En el Artículo VIII, Sección 24 del Manual, la Sra. Eddy establece la norma al decir: “ ‘Glorificad... a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios’ (San Pablo). El testimonio sobre la curación de los enfermos es sumamente importante. Más que un mero relato de bendiciones, escala el pináculo de la alabanza e ilustra la demostración del Cristo ‘que sana todas tus dolencias’ (Salmo 103:3)”.
[Extractos compilados de la sección “Church in Action” del The Christian Science Journal.]
