Una atmósfera social que permita e induzca la pornografía puede ser purificada por la comprensión espiritual de que la verdadera naturaleza del hombre refleja la naturaleza de Dios y que no incluye un apetito salaz. La Ciencia Cristiana demuestra que no hay realidad en ningún concepto impuro, porque un concepto impuro no podría proceder de Dios, el bien.
Dios es Mente, la fuente de todo pensamiento bueno y real. Una comprensión de la realidad — de la totalidad — de la Mente divina nos capacita para percibir la falsedad y la impotencia de los conceptos pecaminosos que parecen originarse en alguna mente o inteligencia inferior.
La Ciencia Cristiana sistematiza para esta época el método de curación espiritual y científico utilizado por Cristo Jesús al liberar a la humanidad del pecado y de la enfermedad. Es la reaparición del cristianismo primitivo, que confía absoluta y únicamente en medios espirituales para regenerar y curar. Al despertar a la totalidad e inmanencia de Dios, la Mente divina, podemos afirmar y probar la irrealidad, la nada, de cualquier concepto impuro y degradante.
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