Amós hizo especial hincapié en el valor de la justicia y el juicio, pero su contemporáneo, Oseas, indica cómo estas loables cualidades se ponen en práctica al reconocer el amor eterno de Dios y por medio del arrepentimiento sincero del hombre.
Posiblemente Oseas fue el único profeta literario que procedió del reino del norte de Israel y que a la vez profetizó allí. Era poeta de corazón y amaba profundamente a su tierra natal. Sus enseñanzas, como las de Cristo Jesús, contienen abundantes ilustraciones de la vida campestre, y, al igual que Jesús, elabora metáforas simples pero eficaces tomadas de las tareas domésticas. “Efraín”, escribe Oseas, “fue torta no volteada” (Oseas 7:8); y Jesús comparó al reino de los cielos con la levadura (ver Mateo 13:33).
El nombre Oseas es significativo, ya que proviene de la misma raíz básica que los nombres Josué y Jesús, una raíz que implica “salvación” o “salvador”. Esta correspondencia en los nombres insinúa la relación de pensamiento entre Oseas y la gran obra del Mesías.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!