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Dulce es el fruto...

Del número de agosto de 1978 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Si a pesar de muchas lágrimas,
Desilusión, pérdida o dolor, me siento feliz
Entonces soy verdaderamente feliz, porque esto significa que
Siento alegría por razones más profundas,
No por la humana tranquilidad, felicidad o merced.
Si no están a mano, no pueden convertirse en puntales
Para desviarme del apoyo más elevado y seguro,
Ni puedo permitirles que me atraigan nuevamente al ensueño.
Si tarda lo que se espera, si demora la recompensa,
Necesitaré de la visión más clara que eleva mi pensamiento
Por encima de ilusorios ardides y fáciles confianzas
Para encontrar mi compleción, entera, en Dios.
Ninguna escena humana puede dar o llevarse
La fuente de bien: por esto canto hoy.

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