A través de la historia, las teorías y las creencias han restringido y limitado a la humanidad; por ejemplo: la teoría de que la tierra era plana, o que estaba fija en un punto, y muchas otras. La era actual no es una excepción, como lo prueban las teorías contradictorias acerca del origen y comportamiento del hombre.
Entre estas teorías equivocadas es fundamental la que se registra en el segundo capítulo del Génesis, comenzando con el versículo 6, donde la historia de la creación material y del hombre corpóreo es presentada metafóricamente. Puede verse que todas las atrocidades que la humanidad ha infligido o sufrido desde tiempos primitivos provienen de esta creencia en una creación material y limitada. La Sra. Eddy escribe: “En esta teoría errónea, la materia ocupa el lugar del Espíritu”. Y en el siguiente párrafo continúa: “Esta última parte del segundo capítulo del Génesis, que pinta el Espíritu en su supuesta cooperación con la materia en la construcción del universo, está basada en alguna hipótesis del error, pues el texto bíblico que precede declara que la obra de Dios había sido terminada”.Ciencia y Salud, pág. 522;
Con el discernimiento que Pablo tenía acerca de los sufrimientos y anhelos de los hombres, escribió: “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”. Rom. 8:22, 23;
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