Sólo hay una manera de demostrar la verdad científica del ser, y ésa es adhiriéndose a ella.
Esto significa reconocer firmemente la acción y obras perfectas de Dios, sin tomar en cuenta lo que parezca estar negando la presencia de éstas.
¿Tarea muy difícil? Bueno, por cierto que puede parecer a veces una exigencia rigurosa. Pero la Ciencia del ser — la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens)— a la cual aspiramos adherirnos, también nos enseña la manera en que podemos hacerlo. El adherirse a la Verdad, Dios, no se trata meramente de una lucha mortal solitaria. La Ciencia Cristiana prueba que la unidad con Dios — no la separación — es la relación natural del hombre con Él. Mary Baker Eddy nos dice: “Dios mantiene al hombre en los eternos vínculos de la Ciencia, — en la armonía inmutable de la ley divina”.No y Sí, pág. 26;
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