Un día, cuando mi mamá estaba arrancando las malezas del jardín, la picaron muchos mosquitos. Cuando entró se limpió. En realidad no pensó mucho en las picaduras hasta las noche, cuando comenzaron a molestarle.
Esa noche me pidió que orara por ella. En la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana yo había estado aprendiendo cómo la oración sana. Así es que saqué mis libros de la Escuela Dominical, la Biblia y Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, y me acomodé en la cama. Declaré que ninguna de las ideas de Dios podían dañar a otras de las ideas de Dios. Todas Sus criaturas son buenas. Después de todo, la Biblia dice: "Ni la muerte, ni la vida... ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro". Rom. 8:38, 39.
Leí y oré, y finalmente me quedé dormida sabiendo que mi mamá era perfecta porque Dios la hizo así.
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