En cierta capital asiática en estado de confusión, un corresponsal del The Christian Science Monitor se apresuraba a presenciar el incendio de una biblioteca americana por manifestantes comunistas y reportar lo ocurrido. Atravesando una callejuela para acortar su camino, se vio frente a un grupo de revoltosos que abandonaban la escena.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!