Cuando yo vivía en el duodécimo piso de un edificio de departamentos, la ventana de mi dormitorio daba al este abriéndose a un cielo colosal, típico del Estado de Colorado. Hacía algún tiempo que una promesa del libro de Job me había venido una y otra vez al pensamiento durante varios día. Continuamente se me repetía, “... serás como la mañana”. Job 11:17 (según la versión King James); Al final empecé realmente a escuchar su mensaje más profundo.
Una mañana, con esta promesa bíblica aún presente en mi pensamiento, vi cómo la oscuridad iba cediendo a un gris violáceo, luego a matices rosa y azul. Suavemente, como el amanecer mismo, apareció una nueva idea, y vi lo que me parece ser el secreto de la novedad de la mañana: el incesante proceso de ceder sin esfuerzo — la oscuridad cediendo al fulgor de la luz. El resultado de este ceder fue lozanía y una belleza emocionante.
En Ciencia y Salud la Sra. Eddy escribe: “El sol es una representación metafórica del Alma fuera del cuerpo, dando existencia e inteligencia al universo”.Ciencia y Salud, pág. 510; Ahora podía ver la lozanía de la mañana como una metáfora de la consciencia humana, que expresa lozanía y belleza al ceder a la luz y al poder del Alma — esa luz más brillante fuera del cuerpo, que da “existencia e inteligencia” a cada uno de los hijos de Dios.
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