Ésta fue la reacción de sorpresa de una de mis compañeras en la uni versidad cuando la eligieron para leer en la organización. ¡No podía creerlo! Tal vez te haya pasado a ti también. Si bien a mi amiga le gustaba asistir regularmente a las reuniones de la organización y se consideraba una Científica Cristiana activa, ¡aún así no podía creer que los miembros quisieran que ella fuera la Lectora!
Pero, por sobre todo, no sabía por dónde empezar. Recurrió al libro de texto, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, y encontró este pasaje: “Dios escoge para la misión más alta al que haya progresado a calificaciones tales para desempeñarla que cualquier abuso de esa misión se hace imposible”.Ciencia y Salud, pág. 455; Entonces, después de leerlo, vio que tenía que adherirse a una norma más alta todavía: nunca debería aprovecharse de la responsabilidad de ser Lectora de la organización. Fue necesario que orara mucho y diera pasos prácticos antes de sentirse preparada para comenzar.
Todos los años en la comunidad universitaria se eligen periódicamente Lectores, y entre las preguntas que formulan frecuentemente están éstas:
¿Qué es lo primero que tengo que hacer? Uno de los puntos más importantes a considerar en la lectoría de una organización universitaria es la elección de un tema. Dado que son tan pocos los estudiantes que antes de entrar en la universidad han preparado selecciones para una reunión de Ciencia Cristiana, he aquí algunas recomendaciones:
Fuera del paso más importante, que es orar para ser guiado, da una mirada a tu auditorio. Habrán estudiantes como tú y también profesores, y a veces estudiantes graduados de la universidad que sean miembros de la organización. Querrás asegurarte de incluirlos a todos al seleccionar el tema. La lectura es para toda la congregación u organización: estudiantes, profesores y Lector — no solamente para los estudiantes que asisten o para el Lector mismo. Por cierto que no se te ocurriría limitar la reunión a tus intereses personales o a tus necesidades del momento.
Entonces, ¿cómo se elige un tema? Una respuesta puede ser manteniéndose al tanto de lo que sucede en el mundo leyendo el The Christian Science Monitor, leyendo un periódico local para las noticias locales, y el periódico de la universidad para los acontecimientos en el ámbito universitario, o hasta prestando atención a lo que se habla en la cafetería. De esta manera te mantendrás informado de los últimos acontecimientos y de necesidades tanto generales como específicas. Abriendo tu pensamiento vas a encontrar una gran variedad de temas y enfoques para tus selecciones. Quizás puedas leer sobre sequías, economía, inteligencia, pacificación. Por otra parte, las lecturas sobre fe, esperanza o caridad pueden ser precisamente las que tu auditorio necesita.
¿Cómo puedo desarrollar este tema? Naturalmente usarás las concordancias Disponemos de una concordancia de Ciencia y Salud en inglés y en alemán, y de una en inglés para las otras obras de la Sra. Eddy. Estas concordancias pueden usarse para otros idiomas con ayuda de diccionarios buscando en ellos la traducción de la palabra que se necesita y ubicándola luego en la obra traducida a nuestro idioma; para buscar palabras y citas sobre un tema, pero ¿has pensado alguna vez en la ayuda que te puede proporcionar un diccionario común y corriente? O quizás podrías recurrir a libros de consulta sobre la Biblia o a sus distintas traducciones para obtener información básica. Mucho de este material útil puedes encontrarlo en la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana de tu localidad o en la sala de estudios de la universidad. Y siempre encontrarás material bíblico en la biblioteca de tu universidad.
Por lo general, es mejor mantener sencillo el tema. Selecciones interesantes pueden resultar de una búsqueda de sinónimos y antónimos relacionados con el tema, al igual que de otras palabras e ideas afines que te vengan al pensamiento a medida que devotamente preparas tu tema. Tomemos, por ejemplo, el tema sacrificio; puedes buscar referencias sobre “inmolación propia”, “cruz que llevar” y “buena disposición”. Es importante recordar el punto central. Citas tomadas siguiendo el mismo orden en que aparecen bajo una determinada palabra en las concordancias, pueden resultar en una selección aburridora y carente de inspiración. La lectura tiene que desarrollar un tema y llegar a un punto culminante, no ha de ser una serie de declaraciones aisladas como ropa colgada en una cuerda una al lado de la otra.
¿Cómo puedo ordenar las citas? Si mantienes tu pensamiento abierto a medida que oras sobre cómo ordenar las citas, dejando que la sabiduría espiritual en lugar de la lógica humana te guíe, te será fácil insertar las citas en el orden apropiado. A menudo cambiar el orden de las citas, por pequeño que sea el cambio, contribuye a impartir un sentido más elevado de propósito y, sobre todo, el período dedicado a los testimonios puede ser más activo. Recuerda que debes esperar una variedad infinita en el desarrollo de las ideas de Dios para cada una de tus lecturas semanales. Escucha — y luego actúa. Mantente dispuesto a aceptar las sorpresas que te den el plan de la Mente.
Puede que a veces un grupo de citas sobre un tema determinado no coordinen. O bien puede ser éste el momento de persistir en ellas, o tal vez ello indique la conveniencia de elegir otro tema debido a alguna necesidad inmediata en el ambiente universitario. En tal caso, te convendrá guardar la selección previa para más adelante. Quizás en otra oportunidad puedas recurrir a esas citas y ver la forma de combinarlas.
Por lo general, al seleccionar la lectura es útil buscar primero la idea fundamental, el tema central, y dejar para después la continuidad. Y, como cuando se da un tratamiento, es importante abordar en la selección los aspectos negativos de tu tema así como las declaraciones de la verdad absoluta. Entonces tenemos que percibir cómo esta verdad actúa en los asuntos humanos — cómo el Verbo se hace carne. Precisamente una manera de no desarrollar un tema es aceptando las selecciones preparadas por otra persona.
Un estudiante que conozco sintió la tentación de usar una selección preparada por un ex Lector quien, después de usarla, la circuló. Al principio al estudiante esto le pareció un camino fácil, pero luego percibió que había mucho error en ello. Además de la desventaja obvia de “servir a la organización un alimento mental recalentado”, el usar esta selección era deshonesto. Y él no quería ser privado del progreso espiritual que requería la preparación devota.
Cuando se eligen narraciones de la Biblia — especialmente si la figura central no es Cristo Jesús — es preciso incluir alguna referencia sobre el personaje bíblico. Quizás sólo un versículo o dos basten para introducir al personaje y establecer el tono de la lectura. Las narraciones deben ser significativas, interesantes y no incluir ninguna repetición innecesaria. La claridad es necesaria, por eso no des rodeos que desvíen la atención del oyente de un mensaje claro. Y cerciórate de que el punto espiritual de la historia esté claro. La Sra. Eddy dice: “Los rayos de la Verdad infinita, cuando se concentran en el foco de ideas, traen la luz instantáneamente, mientras que mil años de doctrinas humanas, hipótesis y vagas conjeturas no emiten tal fulgor”.Ciencia y Salud, pág. 504.
¿Cuánto debe durar la lectura? Generalmente ha de ser de ocho a diez minutos en las reuniones habituales de la organización abiertas a la comunidad académica. En el librito For Christian Science Organization Readers (para los Lectores de las Organizaciones universitarias de la Ciencia Cristiana) se encuentran algunas pautas. Puedes pedir un ejemplar a University and College Organizations Division, The First Church of Christ, Scientist, Boston, Massachusetts. El Handbook for Readers (Recomendaciones para los Lectores — por el momento sólo en inglés) se halla en las Salas de Lectura de la Ciencia Cristiana. Este librito proporciona buen material básico para la lectura en voz alta que requieren las diversas actividades de la iglesia.
No dejes de expresar agradecimiento desde el comienzo mismo porque ideas útiles e inspiradoras, provenientes de la Mente divina, están constantemente a tu alcance. Reconoce tu unidad con esta Mente omnisapiente, sabiendo que eres su reflejo, y deja que ella dirija la selección y la combinación de esas ideas. Entonces tus compañeros de la organización universitaria de la Ciencia Cristiana se darán cuenta de que no se equivocaron al considerarte calificado para desempeñar el cargo.