Ésta fue la reacción de sorpresa de una de mis compañeras en la uni versidad cuando la eligieron para leer en la organización. ¡No podía creerlo! Tal vez te haya pasado a ti también. Si bien a mi amiga le gustaba asistir regularmente a las reuniones de la organización y se consideraba una Científica Cristiana activa, ¡aún así no podía creer que los miembros quisieran que ella fuera la Lectora!
Pero, por sobre todo, no sabía por dónde empezar. Recurrió al libro de texto, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy, y encontró este pasaje: “Dios escoge para la misión más alta al que haya progresado a calificaciones tales para desempeñarla que cualquier abuso de esa misión se hace imposible”.Ciencia y Salud, pág. 455; Entonces, después de leerlo, vio que tenía que adherirse a una norma más alta todavía: nunca debería aprovecharse de la responsabilidad de ser Lectora de la organización. Fue necesario que orara mucho y diera pasos prácticos antes de sentirse preparada para comenzar.
Todos los años en la comunidad universitaria se eligen periódicamente Lectores, y entre las preguntas que formulan frecuentemente están éstas:
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