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Perfección y progreso

Del número de noviembre de 1979 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Dios, el creador del universo, se expresa a Sí mismo en incontables ideas, las cuales constituyen Su creación. La existencia espiritual, el reino de los cielos, existe en el punto de perfección. La realidad espiritual es completa e inalterable.

Dios, el origen de todo lo que existe, es la Vida inagotable, y no existe lapso en la expresión de la infinita variedad de Sus ideas. Dios es eterno, sin comienzo ni fin; jamás cambia. Su creación no es un acontecimiento histórico sino un hecho eterno.

La Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens) hace hincapié en que, porque Dios es Espíritu, todo ser verdadero es espiritual. El ser no se va desarrollando hasta llegar a la espiritualidad, es eternamente espiritual. Porque Dios es Principio infinito, el ser es perfecto. El ser no se va desarrollando hasta llegar a la perfección, es eternamente perfecto. Es, en su perfección, gozo perpetuo, el reino de los cielos. Dios es Todo-en-todo. Su compleción excluye la posibilidad de que exista algo aparte de Él, fuera de Él, o distinto a Él. Dios es la Verdad y, por lo tanto, invariable.

Considerando que el ser espiritual existe en el punto de perfección, que es completo e invariable, ¿cómo entonces puede haber progreso en el sentido de adelanto hacia la compleción? El progreso es algo que Dios exige porque Dios y Su creación son infinitos. Mary Baker Eddy, quien descubrió y fundó la Ciencia Cristiana, dice: “Ni la misma eternidad puede revelar la plenitud de Dios, puesto que no existe límite para la infinitud o para sus reflejos”.Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, pág. 517;

Partiendo de esta base infinita vemos que nuestra idea de Dios es progresiva. La idea no se desarrolla de la materialidad a la espiritualidad, de la imperfección a la perfección. Se desarrolla desde la base eterna de Dios perfecto y hombre perfecto. Como dice Ciencia y Salud: “Dios expresa en el hombre la idea infinita, desarrollándose eternamente, ensanchándose y elevándose más y más desde una base ilimitada”.ibid., pág. 258;

El progreso en nuestra existencia, por lo tanto, no es evolución, sino el desarrollo gradual de la comprensión humana acerca del estado perfecto del ser, individual y colectivamente. El estado perfecto existe eternamente, pero se percibe gradualmente al nivel humano mediante la actividad del Cristo. El Cristo es la verdadera idea de Dios y del hombre como la imagen perfecta de Dios. Jesús manifestó esta idea verdadera en el grado más alto que jamás se haya percibido humanamente.

El progreso al nivel humano sin el elemento a la manera del Cristo, puede no ser progreso. Los adelantos técnicos, por ejemplo, han alcanzado proporciones gigantescas, a veces en agudo contraste con la ética del pensamiento. Y, sin embargo, el destino de toda la humanidad exige tener en consideración el bienestar de todos al hacer uso de la tecnología.

Que los adelantos técnicos se consideren como progresivos o no, depende del uso que se les dé. Para contribuir al genuino progreso humano, cualquier invención técnica tendría que ser utilizada para fomentar la expresión de libertad y dominio espirituales. Los implementos técnicos que poseemos ¿sirven ese fin, o llegamos a depender de ellos? Una sincera respuesta a esta pregunta nos ayudará a tomar decisiones correctas acerca de la adquisición y uso de implementos técnicos.

Paso a paso hacemos nuestro progreso para salir de la materialidad. No debemos tomar el paso décimo antes del lógico primer paso. Pero debemos esforzarnos constantemente por tomar el paso siguiente propio del desarrollo de nuestra comprensión de la perfección espiritual. Es importante que nos demos cuenta de las prioridades en nuestra vida.

En efecto, toda realidad es espiritual y perfecta ahora mismo. Podríamos comenzar nuestra comprensión de esto dándonos cuenta de que la salud es espiritual. No necesitamos medios materiales para mantener nuestra salud. Necesitamos comprensión espiritual. La salud no depende de lo físico. Nuestro verdadero cuerpo, nuestra verdadera identidad, es el reflejo de las cualidades del Espíritu.

A medida que discernimos y expresamos cualidades espirituales en nuestra vida diaria, éstas se manifiestan más en felicidad y buena salud. La curación de la enfermedad física y la solución de otros problemas humanos mediante la aplicación de la Ciencia Cristiana evidencian nuestra creciente comprensión de que la salud y la perfección están siempre presentes, y son el reflejo ininterrumpido de la armonía divina en la imagen y semejanza de Dios.

Cristo Jesús dijo: “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”. Mateo 15:11; La materialidad no es causativa. Toda causalidad real es espiritual. Tenemos que vigilar nuestra manera de pensar para progresar espiritualmente. Ya sabemos cuál es la meta — espiritualidad y perfección — y progresaremos más para alcanzarla si no contemplamos esos conceptos materiales que ya hemos dejado atrás. Jesús también dijo: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”. Lucas 9:62;

En nuestra existencia actual todos estamos trabajando desde distintas etapas de desarrollo. Donde estamos en el momento actual es menos importante que a donde nos dirigimos. El nuevo nacimiento se va efectuando en nosotros a medida que seguimos en el camino de la Vida, el camino de la espiritualidad y la perfección. Lo que parece ser tiempo en este progreso es sólo una manera de percepción humanamente limitada. En Escritos Misceláneos la Sra. Eddy dice: “El tiempo puede dar comienzo al nuevo nacimiento, pero no puede completarlo; eso es obra de la eternidad, pues el progreso es la ley de la infinitud”.Esc. Mis., pág. 15.

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