Un hombre que se sentía angustiado fue a ver a una espiritista, y durante su visita creyó haberse comunicado con una persona que conoció y que había muerto hacía algún tiempo.
Otro hombre se sintió inspirado. En un acontecimiento sagrado habló con individuos que habían muerto hacía siglos.
El primer hombre fue el Rey Saúl. Él trató de comunicarse con Samuel. Ver 1 Sam. 28; El segundo hombre fue Cristo Jesús. Él habló con Moisés y Elías durante la transfiguración. Ver Marcos 9; En el primer caso, la verdadera comunicación no se efectuó. Pero fue un suceso instructivo, que ilustró el engaño de ver la vida de una manera mortal. En el segundo caso, hubo una verdadera comunicación. Fue un acontecimiento sagrado, que enseña una lección de gran valor acerca de la naturaleza de la Vida divina, Dios.
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