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A la edad de siete años fui adoptado por una pareja en que ambos...

Del número de diciembre de 1979 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


A la edad de siete años fui adoptado por una pareja en que ambos eran estudiantes de la Ciencia CristianaChristian Science (crischan sáiens). Éste fue mi primer contacto con esta Ciencia. (Hasta la edad de mi adopción había vivido en un orfanato en Inglaterra.) Siempre estaré agradecido a estos consagrados estudiantes por haberme criado en un hogar cuya religión era la Ciencia Cristiana. Poco después de unirme a ellos sané rápidamente de sarampión. En aquella época mis estudios en la escuela me presentaron problemas ya que no sabía el alfabeto, y a la edad de ocho años aún no podía leer ni escribir. Mediante la clara percepción de mis padres de que la Mente es la fuente de la inteligencia y de que yo, como idea de Dios, reflejaba inteligencia, pude hacer frente a los estudios y alcanzar el nivel de conocimiento de los otros niños de mi edad.

Una vez terminados mis estudios escolares me fue evidente de que me sentía más feliz con la vida al aire libre. Emigré a Australia a la edad de dieciséis años. Trabajé en haciendas de ovejas y de ganado y también de lecherías. Pero comencé a sentirme atraído a cosas mundanas y empecé a fumar y a beber. No fue hasta que regresé a Inglaterra algunos años más tarde que comencé a sentirme descontento con esta manera mundana de vivir y nuevamente empecé a asistir a una Iglesia de Cristo, Científico. Pronto, con la ayuda de mis padres, pude vencer los hábitos de fumar y de beber. Mediante el estudio de Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras por Mary Baker Eddy percibí claramente que el hombre es la imagen de Dios refleja la Vida, la Verdad y el Amor. Cuando me di cuenta de que en mi ser verdadero como idea de Dios yo reflejaba a Dios, me sentí satisfecho. Los deseos de beber y de fumar me abandonaron y desde entonces perdí todo interés en estos hábitos.

En aquel tiempo, mientras me hallaba en Inglaterra, conocí a una chica que posteriormente fue mi esposa y quien ahora también es estudiante de la Ciencia Cristiana. Hemos sido bendecidos con dos hijos, una niña y un niño, y han asistido a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana desde muy temprana edad. Apoyándonos en la Ciencia Cristiana hemos tenido muchas curaciones, incluyendo quebradura de un hueso de un pie, dislocación de una rodilla, fiebres, y enfermedades consideradas propias de los niños.

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