Yo nunca había visto a mi padre enfermo. Hacía varios días que no iba a la oficina y estaba en casa, y no mejoraba su salud. Cierto día, cuando volví de la escuela, estaba sentado en su sillón — y empecé a llorar porque se veía muy mal. Me pidió que trajera mis libros de la Escuela Dominical (refiriéndose a la Biblia, y a Ciencia y Salud por la Sra. Eddy), y luego leímos juntos todos mis pasajes favoritos. Me dijo que quería leerme uno de sus favoritos, de Job; y fue éste: “Aunque él me matare, en él esperaré”. Job 13:15; Papá me había enseñado que la crueldad y el perjuicio nunca son la voluntad de Dios; aunque parezcan serlo, podemos mantenernos firmes y comprobar Su bondad. Así que, después de esta lectura, me mandó a mi cuarto a hacer mi tarea de la escuela, y me fui — muy animada y llena de paz.
Un par de horas después, en la cena, mi padre estaba sentado a la cabecera de la mesa, y su apariencia era completamente normal. Al día siguiente volvió a la oficina. ¡Qué impresión causó esta curación en una niña de once años! Nunca he olvidado la importancia de permanecer firme.
Nuestra Guía, la Sra. Eddy, nos dice: “La Ciencia Cristiana es absoluta; no está ni detrás del punto de perfección ni avanzando hacia él; está en este punto, y desde ahí debe ser practicada”.The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, pág. 242; El hombre es la Dios, el autor de la perfección y el orden inmutables. El hombre es la expresión de esta perfección absoluta, tan inmutable en el bien como su Padre-Madre Dios.
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