Después de haber trabajado durante algunos meses de una manera a la cual no estaba acostumbrada, perdí el uso de una de las piernas y no podía caminar. Fui apoyada por la oración de una practicista de la Ciencia Cristiana y la ayuda de buenos amigos. Al poco tiempo conseguí lugar en un sanatorio para Científicos Cristianos. Dos miembros de la iglesia me llevaron en automóvil hasta el sanatorio. Estuve allí un mes, rodeada solamente del amor y de la amabilidad de todas las enfermeras y de los empleados, y una practicista me dio tratamiento por medio de la oración.
Antes de salir para quedarme en casa de una querida amiga ya podía caminar con un bastón. Me llevaba en su automóvil a la iglesia y a visitar amigos. Después de una semana mi amiga me trajo a casa. Desde entonces he podido bastarme a mí misma, y camino normalmente. Estoy agradecida a Dios por Cristo Jesús y por la Ciencia Cristiana.
El pensamiento que más me ayudó fue el de glorificar a Dios. El estudio diario de la maravillosa Lección Bíblica del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana me inspiró, lo mismo que el estudio de las obras de la Sra. Eddy y la lectura de nuestras siempre beneficiosas publicaciones periódicas. Esta curación se llevó a cabo hace cuatro años cuando tenía una edad en la que para algunos una curación de esa clase parece imposible.
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