Refiriéndose a Cristo Jesús, la Sra. Eddy nos dice en Ciencia y Salud (pág. 228): “Si seguimos el mandato de nuestro Maestro: ‘No os afanéis por vuestra vida’, nunca dependeremos del estado del cuerpo ni de la estructura o economía corporales; sino que seremos dueños del cuerpo, dictaremos sus condiciones, y lo formaremos y gobernaremos con la Verdad”.
Para quienes estudiamos Ciencia Cristiana y la practicamos, estas palabras son una ayuda muy valiosa. Hace unos años tuve una hermosa demostración de la presencia del Cristo por medio del tratamiento metafísico que me dio una practicista de la Ciencia Cristiana a través de la oración.
Me encontraba en mi oficina trabajando y atendiendo al público, cuando de manera sorpresiva me sentí mal. Mi esposa se encontraba presente en ese momento y sólo tuve tiempo de llamarla antes de desvanecerme. Mi esposa, al ver que yo perdía el sentido, y no pudiendo sostenerme, sólo pensó en negar todo error, declarando que Dios era mi Vida y la ley de mi existencia. Discó el número de una practicista de la Ciencia Cristiana, la que de inmediato accedió a orar por mí. En seguida sentí el efecto de su oración y pude atender a una persona que vino a la oficina, pero después volví a desvanecerme. La practicista continuó trabajando.
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