Leemos que más y más personas están recurriendo a la Biblia y yendo a la iglesia. Es obvio que sienten una necesidad imperativa de acercarse a Dios.
Pero cuando dicen: “Quiero sentirme más cerca de Dios”, ¿qué quieren decir? ¿Desean sentirse cerca de Él simplemente para estar bajo Su amor y protección? ¿O quieren sentirse cerca de Él para expresar más de la naturaleza divina en su vida — más del Amor divino?
Pensemos en el amor que impregnó las palabras que Cristo Jesús dirigió al enfermo que estaba cerca del estanque de Betesda: “Levántate, toma tu lecho, y anda”. La Biblia nos dice que “al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo”. Juan 5:8, 9; Jesús podía ver al ser real y espiritual del hombre como el reflejo perfecto de Dios. Y el Principio que capacitó a Jesús para sanar instantáneamente fue el Amor divino. Es necesario que expresemos ese mismo Amor en nuestro amor.
La Sra. Eddy, no obstante, nos advierte: “El amor no puede ser una mera abstracción, o bondad sin actividad y poder”. Y antes de esto dice: “Exijo mucho del amor, exijo pruebas eficaces en testimonio de él y, como su resultado, nobles sacrificios y grandes hazañas”.Escritos Misceláneos, pág. 250.
¿Estamos dispuestos a dar “pruebas eficaces” del Amor divino? Al compartir el entendimiento que tenemos de Dios, no tenemos que sumergirnos en la miseria ni en la violencia ni en el odio. Antes bien, debemos ver su irrealidad y reconocerlos como mentiras acerca del hombre y del universo de Dios. Entonces podemos empezar a ver y a sacar a luz el amor, la integridad, la pureza, que caracterizan la naturaleza verdadera de cada uno de nosotros. Comenzaremos a ver que el Amor sana.
¿Hay una manera mejor de acercarse a Dios?
