Una de las primeras fuentes conocidas del Pentateuco, preparada en Judá, se ha descrito como “J”, y en ella se usa el nombre de Jehová para referirse a Dios. Los eruditos han acordado llamar “E” a otra de las primeras fuentes. Fue escrita en Efraín y se usa el nombre Elohim para referirse a Dios.
Ahora nos apartamos de estas fuentes tan entrelazadas entre si, que se ocupan primordialmente de la historia, para considerar una fuente separada, basada en la enseñanza de la ley combinada con la profecía, fuente comúnmente descrita como “D” — Deuteronomio.
¿Por qué debemos considerar el mensaje de Deuteronomio, tradicionalmente asociado con la labor y las enseñanzas de Moisés, a esta altura del desarrollo de la profecía hebrea escrita? Si bien todavía no se ha determinado cuál es su fecha exacta, el Éxodo encabezado por Moisés bien puede haber tenido lugar unos seis siglos antes de haber aparecido Deuteronomio.
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