Estoy profundamente agradecida por una maravillosa curación que tuve en la Ciencia Cristiana.
Hace algunos años, sufría de dolores abdominales y recurrí a un especialista para que me hiciera un examen médico. El diagnóstico fue que, si era posible, debía operarme dentro de pocas semanas, porque tenía un tumor que debía ser extirpado. También había hemorragia. Mis hijos tenían mucho temor, pues parecía ser una enfermedad muy seria.
¡Entonces supe acerca de la Ciencia Cristiana! Solicité a un practicista que me diera tratamiento por medio de la oración, lo que hizo con gran bondad y comprensión de la ley de Dios. Me explicó que el hombre es la idea espiritual de Dios y, como tal, no contiene ningún elemento discordante. La Sra. Eddy escribe en el libro de texto, Ciencia y Salud (pág. 463): “Una idea espiritual no tiene ni un solo elemento de error, y esta verdad elimina debidamente todo lo que sea nocivo”. El practicista continuó apoyándome por medio de la oración.
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