Hace aproximadamente diecisiete años, mientras me desempeñaba como cantante en un papel sumamente exigente en una comedia musical que se representaba en un teatro al aire libre, me acometieron fuertes ataques de asma. Cuando terminé con ese compromiso, y a pesar de que había sanado de los ataques de asma mediante el tratamiento en la Ciencia Cristiana, sentía como si se me hubiera desgarrado algo en la garganta.
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